El Comité de Energía y Comercio de la Cámara de Representantes, que preside Waxman y que ayer interrogó a representantes de BP, Transocean y Haliburton, las firmas que trabajaban en la plataforma, ha descubierto además que su sistema de válvulas de sellado no funcionaba correctamentebien. "Al parecer, había una fisura en el sistema hidráulico de las válvulas de sellado", dijo el representante Bart Stupak. Ese sistema no funcionó tras el accidente y facilitó el vertido, que sigue incontrolado.
En el Senado, el demócrata John Kerry y el independiente Joe Lieberman, presentaron ayer su proyecto de ley medioambiental, con el que buscan poner límites al anuncio del presidente Barack Obama, el 30 de marzo, de abrir 1,2 millones de kilómetros las costas del Atlántico y de Alaska a las exploraciones de crudo. Los Estados podrían prohibir las perforaciones a menos de 120 kilómetros de sus costas.
Por el derecho a explotar el yacimiento Misisipi Canyon Area, en el cuadrante MC 252, BP pagó al Gobierno federal 26 millones de euros. De ese dinero, ni un céntimo fue a parar a las arcas del Gobierno de Luisiana, que ahora se enfrenta a un desastre antológico. Kerry subrayó en televisión que el proyecto, que ahora debe debatir y votar el Senado, concedería a los Estados un porcentaje de los ingresos por explotaciones de crudo.
El gobernador de Luisiana, el republicano Bobby Jindal, ha entrado en una carrera frenética en los últimos días para exigir al Gobierno federal y a BP medidas contundentes, más allá de la dispersión de disolventes sobre la mancha. Les ha propuesto construir paredes de lodo en los arrecifes, trasladar barreras de protección desde otros Estados y colocar sacos de arena en las marismas. Ha ordenado, además, el cierre a la pesca de ambas márgenes del Misisipi, dejando a miles de pescadores inactivos.
La petrolera BP, que no disponía de un plan de emergencia específico para un vertido ocasionado por la Deepwater Horizon, ensaya formas de contener el vertido. Intentó colocar una campana de sellado sobre una de las dos fugas que siguen abiertas. La cristalización de la apertura superior de esa estructura, a 1,5 kilómetros de profundidad, se lo impidió. Esta madrugada lo iba a intentar con una versión reducida de esa misma campana. Ya está colocada en el origen del vertido, a 64 kilómetros de la costa. Ahora los ingenieros deben evitar la misma obturación que experimentaron con la primera. Pero para eso, como para muchas otras cosas en este accidente, BP no tiene un plan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario