El artista, que falleció el jueves de noche después de estar hospitalizado varios días, se mantenía alejado en los últimos años de escenarios y tablados. Una de sus apariciones más recientes fue en el documental "Hit", que recoge escenas de la música popular uruguaya.
"Brindis por Pierrot" y "Adiós Juventud", autoría ambos de Jaime Roos, son algunos de los temas a los que Luna puso su voz, así como a "El tiempo me enseñó" y el himno a Club Nacional de Fútbol.
Grabó además varios discos como solista y realizó actuaciones memorables, con músicos populares y murguistas destacados, como Tabaré Cardozo. Durante años recorrió diversos países llevando su canto a la colectividad uruguaya en el exterior del país. Una de sus últimas giras fue por los Estados Unidos junto al El Sabalero José Carbajal y a fines del año pasado por Australia.
La noticia de su muerte recorrió el mundo. Ayer, desde Holanda, consternado por el deceso de su amigo, El Sabalero se comunicó con la redacción de LA REPUBLICA manifestando su dolor y su solidaridad con la familia y amigos de Luna. "Era un gran hombre, era solidario. Estoy destrozado. La noticia me la dio otro amigo que vive en Estados Unidos". La prensa argentina también recogió el hecho. Todos los medios lo incluyeron en sus ediciones on line.
Con apenas 13 años, Luna, quien también fue lustrador de zapatos y vendedor de diarios, comenzó en 1956 su extensa actividad en los tablados carnavaleros hasta 2000, cuando salió por última vez con la murga La Clarinada.
Respecto al Carnaval, dijo en una de las tantas entrevistas que dio, "es como el fútbol, el fútbol de antes era mejor. Con la murga pasa lo mismo. Ahora se está mezclando mucho con el teatro. Salí por primera vez en Carnaval a los 13 años cuando había trescientos y pico de tablados. Ahora no hay tablado de barrio. El mejor puchero fue el que hacía mi vieja. Mi señora le pone más cosas. Así se le va un poco el gusto que tenía aquél. Antes, el murguista era bohemio. Incluso, había tipos con estudio a los que desgraciadamente, a pesar de tener tremendas voces, sus padres no los dejaban salir en Carnaval. Era mala palabra". Ahora se han perdido algunos códigos. También en el fútbol. El jugador perdió la garra y la vergüenza. Si hacían un pesito, le compraban una casa a la vieja. Ahora se compran un coche y la radio más grande para colgársela al hombro. Sé que soy chapado a la antigua. Porque antes había respeto, código, principio. En Uruguay estás tomando una cerveza y viene un guacho y te dice: 'Dame un trago, che. Dame un cigarro, dame 10 pesos'. No éramos mejores, pero teníamos respeto. La calle te da mucha experiencia. Ahí están los códigos".
Sus amigos lo recuerdan
Ayer en el acto de sepelio y en medio de un indisimulado dolor, diversas personalidades brindaron su opinión acerca del artista fallecido. Ricardo Alarcón, presidente del Club Nacional de Fútbol afirmó: "Como presidente de Nacional debo destacar primeramente que era la persona que canta, nada más y nada menos, el himno del centenario de la institución. Pero también como uruguayo siento que se pierde a un referente de la cultura nacional, que sin lugar a dudas va a seguir cantando, y cada día mejor. Fue un hombre de mil anécdotas, tuvo una vida muy rica. No se va a ir jamás de los uruguayos y tampoco se va a ir de Nacional, porque el tema que cantó para el club fue un gran reconocimiento.
Por su parte, el cantautor Emiliano Muñoz opinó que se fue "uno de los grandes del Carnaval. ¿Qué se puede decir del Canario Luna? Tuve la suerte junto al "Zurdo" Bessio de haber cantado en su último recital, que fue hace un mes en Buenos Aires. Era un tipo bien de boliche, de barrio. Me identificaba mucho con él. Era como un prototipo de todos los veteranos que uno, cuando era chico, veía por el barrio haciendo cantina, cantando. El vacío que queda va a ser enorme.
Otro murguista, el también cantautor Freddy "El Zurdo" Bessio dijo: "Luna es la imagen que me viene cuando me represento todo lo que yo hago, sobre todo en el ambiente murguero. Está relacionado con todo lo que me gusta y me llena de emoción, que es el Carnaval. Cuando estuvimos en Buenos Aires, él estaba como invitado, entró a escena y la gente lo ovacionó antes de que empezara a cantar. Es el tipo de gente que queda para siempre.
No tenía careta para nada ni pelos en la lengua. Por eso había que conocerlo para entenderlo.
Me quedo con la imagen de verlo sobre un escenario. Para mí era el Gardel del carnaval.
Por su parte, Yamandú Cardozo, libretista y director responsable de la murga Agarrate Catalina dijo estar triste "pero, por suerte, hay cantidad de cosas por las que recordarlo. Tuvimos la suerte que estos últimos años estuvo cerca de Agarrate Catalina y eso es un orgullo.
Si querés mostrarle a alguien qué es la murga, hay que hacerle escuchar al Canario. Su voz permanecerá inalterable y vencerá a su propia muerte.
Su hermano, Tabaré Cardozo, también cantautor y libretista de Agarrate Catalina, visiblemente consternado apenas pudo decir: "La ciudad se quedó muda, se fue la voz de Montevideo. En este momento sobran las palabras, y también faltan.
El parodista Ariel "Pinocho" Sosa recordó que despedía "a un amigo de la vida, un referente de la familia de los carnavaleros. Desde niño me indentifiqué con su voz, fue el Gardel de las murgas. Tuve una gran relación con él, iba siempre a los ensayos de Zíngaros.
Se fue físicamente pero va a quedar para siempre con su voz. Va a estar en todas las fiestas, las despedidas, los cumpleaños. Siempre que se escuche una murga sonará su voz.
Otro carnavalero, el Toto Villanueva, también rememoró que "sacaba a los humoristas los Negros Panorámicos, allá por el 1952, y el Canario participó en el grupo. Después nos abrimos ya que él agarró para las murgas.
De botija le gustaba cantar en el barrio y me llamó la atención su voz impresionante. Entonces le pregunté si quería salir en Carnaval conmigo. Me contestó que no podía porque era menor de edad. Tenía 15 años y hubo que sacarle permiso.
El Carnaval le corría en la sangre, le gustaba de forma sincera".
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