Phelps indicó que se encuentra “siete puntos” sobre diez en términos
de preparación y admitió que aún hay “muchas cosas” que deben cambiar
para llegar en óptimo estado a la cita olímpica que comenzará a fines de
julio.
“Estoy excitado. Es lo más excitado que he estado desde que fui a
(los Juegos Olímpicos de 2008 en) Pekín”, dijo el nadador estadounidense
de 26 años de visita en Manhattan para participar en el lanzamiento de
la campaña “Lavarse en confianza” con su sponsor Head & Shoulders,
marca de champú para la cual grabó un divertido comercial.
Phelps, que logró la proeza de ganar ocho medallas de oro en aquellos
Juegos (que se suman a las seis de oro y dos de bronce que ganó en
Atenas 2004), admitió que los años que siguieron a Pekín no fueron
buenos porque perdió la motivación para seguir compitiendo. Tuvo incluso
un desafortunado episodio cuando se publicó una foto en la que se lo
veía fumando marihuana.
“Probablemente tomó dos, dos años y medio recuperar la motivación y
es difícil decir cuál era el problema. No había pasión, no había
excitación. En los Campeonatos Mundiales del año pasado algo se volvió a
encender y fui capaz de estar motivado”, explicó, en referencia a la
cita de Shanghai, donde conquistó tres medallas de oro.
Parte de ese cambio de mentalidad hace que hoy en día Phelps se
sienta “siete puntos” y en ascenso de cara a Londres, donde intentará
batir el récord de medallas olímpicas de la gimnasta soviética Larisa
Latynina, que ganó 18 preseas de todos los colores en tres citas entre
1956 y 1964.
“Si me hubiese preguntado el año pasado a esta altura, hubiera dicho
que estaba dos puntos. Por ello, hemos mejorado mucho, aunque aún hay
muchas cosas que necesito cambiar entre el día de hoy y los Juegos y
estoy trabajando en ello”, afirmó.
Sobre el récord de Latynina, Phelps confesó que sólo supo de él “hace
una semana”, cuando una persona se lo dijo, y trató de rebajar las
expectativas señalando que “no se trata de medallas y récords”, sino de
“objetivos” que quiere cumplir en su vida.
Se negó incluso a decir en qué competencias en particular participará
en Londres, argumentando que es un “secreto” entre él y su entrenador
Bob Bowman que ni su madre sabe.
“Sé lo que quiero. Pero nadie puede saberlo. Hay solo una persona que
conoce mis objetivos y es mi entrenador. Ni mi mamá los sabe. Somos muy
reservados”, aseguró a las carcajadas.
“Todo puede pasar. Lo único que buscó es tratar de prepararme lo
mejor posible para ese momento y ese día”, agregó el nadador, que tiene
previsto participar desde el domingo en un entrenamiento de tres semanas
en Colorado Springs (oeste de EEUU).
Los Juegos de Londres serán los últimos para Phelps, quien admitió
sentir una sensación “buena” aunque “extraña” al saber que nunca más
nadará en este tipo de competencias.
De todos modos, el joven oriundo de Baltimore (noreste), indicó
“estar listo para la próxima etapa” y los desafíos que le esperan fuera
de las piscinas, como el desarrollo de su fundación para promover la
natación y una vida sana, pero también “divertirse” y “viajar”.
En cuanto a su nueva campaña publicitaria basada en la necesidad de
tener confianza para ganar, Phelps afirmó que el apoyo de sus
patrocinadores, amigos, familia y aficionados “es muy especial y una
gran parte” de su éxito.
“Michael es un ícono no sólo en Estados Unidos sino en el mundo
entero”, señaló de su lado la vicepresidenta de Global Head &
Shoulders, Hanneke Faber, durante una conferencia de prensa en la que
indicó que los apoyos a la campaña a través de la red social Facebook se
traducirán en donaciones para la fundación del nadador.
(AFP)
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