La crisis también dejará huella en la demografía catalana: la
población residente en Cataluña cayó en 2011 por primera vez tras la
Guerra Civil, según la estimación poscensal que el Idescat publicó ayer.
El declive poblacional es mínimo, de solo 1.802 personas, pero marca el
inicio de una tendencia que persistirá tanto como la contracción
económica debido a que el crecimiento de los últimos años se cimentó en
la llegada de inmigrantes que ya no acudirán a Cataluña en busca de
empleo, subrayaron los expertos. Esto repercutirá en el envejecimiento
progresivo de la población puesto que se reducirá el número de
habitantes mayores de edad y aumentarán los ciudadanos mayores de 65
años.
La comunidad pasó de 7.434.632 habitantes en diciembre de 2010 a una
población de 7.432.830 personas en diciembre de 2011. No es la primera
ocasión en que Cataluña sufre el desplome generalizado de la llegada de
extranjeros, pero nunca antes esta caída había coincidido con una tasa
de natalidad ínfima. El número de inmigrantes bajó el 3,2% el año
pasado, casi 238.000 personas, mientras que el crecimiento natural de la
población apenas se situó en el 2,9%.
“No resulta un dato sorprendente porque en la última década se ha
crecido a golpe de la llegada masiva de inmigrantes”, detalló el
subdirector del Centro de Estudios Demográficos, Andreu Domingo. “La
progresiva partida de los extranjeros que venían en busca de trabajo y
la baja tasa de natalidad harán disminuir previsiblemente la población
en los próximos años”.
La crisis propicia una tendencia inédita hasta ahora en Cataluña,
comunidad que desde el siglo anterior vivió una explosión demográfica
impulsada por el crecimiento económico que atraía la llegada de
inmigrantes. Las consecuencias dependerán de la capacidad del territorio
para mantener a los jóvenes cualificados, aunque el envejecimiento de
la población será prácticamente inevitable por la marcha de jóvenes, en
su mayoría extranjeros. Por ahora, los protagonistas de la caída
poblacional son los inmigrantes jóvenes, en su mayoría originarios de
Sudamérica. La marcha de jóvenes catalanes se mantiene por ahora como
minoritaria, pero ya aparece como una pauta emergente en la tónica
demográfica. “La pregunta clave es: ¿Acabarán marchando los jóvenes muy
cualificados por la mala perspectiva laboral?”, se pregunta Domingo.
“Ello generaría un modelo social nuevo y hasta ahora desconocido en
Cataluña”, advirtió.
Al margen del inevitable envejecimiento, la evolución registrada en
2011 permite esbozar una serie de tendencias que afectarán a la
población catalana en los próximos años: más mujeres que hombres y
especialmente menos habitantes en edad laboral, sobre todo entre el
grupo de los ciudadanos de entre 25 y 49 años.
La pérdida población se de debió a la caída de la población masculina
en 14.983 personas, mientras el número de mujeres creció en 13.181
personas. Esto ya ha provocado que en la comunidad haya 103 mujeres por
cada 100 hombres frente a las 102,2 registradas en 2010. Por grupos de
edades, caen los habitantes de entre 15 a 49 años mientras aumentan los
de 50 años o más. El tramo más afectado es el de entre 25 y 59 años, que
cae 0,5 puntos en solo un año: del 40,4% al 39,9% del total, según las
previsiones del Idescat. Se trata de una senda ya iniciada en 2010,
cuando este grupo poblacional representaba el 40,9% del total.
“Inevitablemente, la demografía va ligada a la coyuntura económica,
pero esta crisis genera más incertidumbre que la sufrida en la década de
1970”, advirtió Domingo. “Entonces Cataluña perdió unos 92.000
habitantes pero la elevada tasa de natalidad amortiguó esta tendencia”.
Menos población
-Los residentes en Cataluña pasaron de los 7.434.632 habitantes en diciembre de 2010 a los 7.432.830 en diciembre de 2011.-Cataluña ha pasado de 102,3 mujeres por cada 100 hombres en 2010 a 103 mujeres por cada 100 hombres el año siguiente.
-Por edades, el grupo que más se ha reducido es el
de 25 a 49 años, que ha caído del 40,4% al 39,9% del total.
La pérdida de población caracterizará ahora la resaca del gran
crecimiento migratorio registrado entre 2000 y 2007, cuando la llegada
de extranjeros suponía alrededor del 80% del crecimiento demográfico de
Cataluña y del resto del país. “España se consolidó como el segundo país
del mundo que atrajo a más inmigrantes, solo por detrás de EE UU. Fue
un crecimiento especialmente intenso”, ilustró el subdirector del Centro
de Estudios Demográficos.
Pero el impacto de la crisis no supondrá un retorno al estado
anterior. “Aquellos que se marchen no serán los mismos que vinieron”,
detalla Domingo.
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