Una nave industrial en medio de la nada y un terreno donde aparentemente se acumulan viejos camiones abandonados. Nada que llamara la atención desde fuera. Nada que hiciera sospechar que el lugar escondía en realidad una fábrica, una suerte de taller casero, para abastecer al cártel del Golfo de vehículos blindados.
La persecución de dos presuntos sicarios heridos en un enfrentamiento con el ejército llevó a los militares hasta la nave, en el norte de México, donde han descubierto la producción de los bautizados como 'monstruos', los vehículos que una vez trasnformados son capaces de aguantar los disparos de todo tipo de municiones.
Lo único que puede provocarles algún daño son las granadas antitanque, según ha revelado este lunes el ejército al hacer público tan peculiar decomiso como el hallado este fin de semana en el municipio de Camargo: dos camiones ya blindados y otros dos que estaban en proceso, además de otras 23 que los narcotraficantes tenían a la espera de incorporar algunas 'mejoras'.
El interior de uno de los camiones en proceso de 'mejora'.
Las imágenes del material incautado muestran poca estética y mucha 'artesanía' en los curiosos métodos de los cárteles para protegerse de las balas. Y casi recuerdan más al atrezzo de las películas tipo Madmax, que a la sofisticación que cabría esperar de quienes manejan mucho dinero en estos tiempos.
Los camiones, por sus dimensiones, son espaciosos en el interior y se modifican para poder albergar a varios sicarios sentados. Además, la carrocería se recubre por dentro con una especie de hule que hace las veces de protector térmico y de aislante contra el sonido de los disparos.
Por fuera, la carrocería y casi todas las ventanas quedan cubiertas por placas de acero que obligan a prescindir en el interior de cualquier extra que no sea imprscindible para aligerar en lo posible el vehículo. Aun así, ningún sicario pensara en una huida con un 'monstruo'. Los últimos hallados no superan los 70 kilómetros por hora y de los encontrados hasta ahora, el más rápido alcanzaba los 110.
Su aspecto tampoco les permite pasar desapercibidos si los ponen a circular por carretera, pero una vez ahí, eso es lo de menos porque si salen es para 'trabajar' y eso significa llevar a un grupo armado a un tiroteo o proteger el traslado de un cargamento de droga, por ejemplo.
Sólo en Tamaulipas, el estado fronterizo con EEUU donde se encontraba el taller de los 'monstruos', el ejército ya ha retirado de la circulación 109 vehículos blindados a los 'narcos'.
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