Dominique Strauss-Kahn ha pronunciado este lunes en público sus primeras dos palabras desde que fue detenido por la supuesta agresión sexual de una camarera de servicio del hotel Sofitel de Nueva.
"No culpable", dijo el ex director de FMI ante el juez, mientras decenas de manifestantes y empleadas de la limpieza se manifestaban a la puerta de los Juzgados de los gritos de '¡Shame on you!' ('¡Vergüenza!').
Apenas cinco minutos duró el protocolo judicial, al cabo de los cuales DSK -con traje gris y con su mujer, Anne Sinclair, agarrada a su brazo- regresó al tríplex de lujo en Tribeca donde permanece confinado tras lograr la libertad bajo fianza de un millón de dólares (y cinco de aval).
Tras su comparecencia de este lunes, las espadas están en alto para el juicio que podría celebrarse en los próximos meses, salvo que ambas partes lleguen a un acuerdo judicial. DSK está formalmente acusado de siete cargos que podrían llegar a los 74 años de prisión.
William Taylor, miembro del equipo de abogados de DSK, ha asegurado que el ex director del FMI testificará personalmente cuando llegue el momento en el juicio. Taylor aseguró que las pruebas acumuladas demostrarán que no hubo agresión sexual por parte de su cliente sobre la camarera de servicio guineana de 32 años que lo denunció por intento de violación.
Los abogados de Strauss-Kahn se han lamentado ante el juez de la filtración de pruebas por parte la Fiscalía y del 'linchamiento público' que ha sufrido su cliente en el medios, que podría comprometer el veredicto del jurado en un hipotético juicio. La defensa ha pedido acceso directo a las pruebas del ADN y a todo el material filtrado hasta la fecha a la prensa.
Según las primeras conclusiones, no ratificadas aún oficialmente, la prueba del DNA ha confirmado la presencia de "manchas" en la camisa de la camarera, atribuibles al acusado. La prueba puede ser utilizada por la Fiscalía para arropar la acusación de intento de violación; la defensa podría usarla sin embargo como evidencia de que el sexo fue "consentido".
La fiscal adjunta de Manhattan, Joan Illuzzi-Orbon, ha replicado a la defensa comprometiéndose a estudiar la posibilidad de compartir las pruebas siempre y cuando los abogados de Strauss-Kahn hagan lo propio. La fiscal asegura que la defensa ha admitido tener en su poder "información que podría tener un impacto negativo en el caso y comprometer gravemente la credibilidad de la víctima".
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