Forzó para acudir a Mestalla, para ocupar su puesto en tan transcendental velada. A Guardiola lo infiltraron, lo envolvieron en una faja y le dieron el visto bueno para montarse en el autobús. El trayecto, la escasa confortabilidad del banquillo y, sobre todo, la tensión acumulada en una noche incierta hasta que el último dardo de Messi se clavó con suspense en la red valenciana supusieron demasiado castigo para la maltrecha espalda del técnico azulgrana. Su lumbalgia se agudizó y debió ingresar en el hospital nada más regresar a Barcelona.
[Vídeo-resumen: Valencia 0-Barcelona 1]
Incapaz de soportar el dolor tras el viaje de vuelta, los doctores del Barcelona decidieron que lo mejor sería internar a Guardiola de urgencia en el hospital USP Dexeus. Durante la mañana se le realizarán diferentes pruebas que determinarán el grado de la complicación y el periodo de recuperación. Está previsto que el club ofrezca una rueda de prensa a lo largo de la jornada para ofrecer detalles médicos de la lesión.
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