Durante los últimos años es la tendencia a considerar las patologías más frecuentes (obesidad, hipertensión, diabetes...) como distintas caras de una misma moneda: un estilo de vida inadecuado que incluye una mala alimentación, sedentarismo y hábitos nocivos (tabaco, etc.).
Existen situaciones especiales, como los problemas cardiovasculares, la diabetes, el cáncer, etc, en los que, para cada uno de ellos, una correcta alimentación es fundamental.
Además, hay que tener en cuenta que en las diferentes etapas del crecimiento, el hombre tiene que adaptar su dieta a las necesidades de su organismo. En la infancia se necesitan una cantidad de calorías distintas de las necesarias en la edad adulta o en la vejez.
Cada fase de nuestro desarrollo tiene unas prioridades alimenticias propias que hay que conocer para que no se produzcan problemas como la desnutrición o la osteoporosis.
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