La principal formación del Gobierno de derecha checo, el Partido Cívico Democrático (ODS), ha impulsado una campaña para ilegalizar al Partido Comunista de Bohemia y Moravia (KSCM). Este partido, que tiene un apoyo electoral de alrededor del 12%, recibe el apoyo de algunos sectores obreros y populares y es el heredero político de los defensores del antiguo régimen socialista.
El KSCM suele ser muy crítico con la derecha y los socialdemócratas (CSSD), que en buena parte también proceden de las filas comunistas. ODS, que tiene el pleno respaldo de sus dos socios de Gobierno, TOP 09 y Asuntos Públicos (VV), considera "un desafío" situar fuera de la ley al KSCM, porque asegura que es un partido antidemocrático.
Según el diario Lidové Noviny, el Ministerio de Interior ha creado una comisión especial para analizar con lupa las actividades de los comunistas checos antes de ilegalizarlos. Abundando en este terreno, ODS pidió a sus organizaciones regionales que cesaran todo tipo de cooperación con el KSCM en el ámbito municipal, porque, según la dirección del partido conservador, es "inadmisible desde el punto de vista democrático".
Durante las pasadas elecciones legislativas y regionales, los tres grandes partidos de la derecha checa prometieron que no llegarían a ningún tipo de pactos con los comunistas.
El Ejecutivo de Petr Necas también ha puesto en marcha mecanismos legales para reducir las pensiones de los antiguos funcionarios comunistas y repartir los recursos recaudados a personas que lucharon contra el régimen anterior y sufrieron la represión. El Gobierno pretende que las víctimas del comunismo disfruten de los mismos honores que los veteranos de la lucha antinazi durante la Segunda Guerra Mundial.
El Gobierno conservador impulsó su cruzada anticomunista después de que el KSCM se pronunciara en contra de homenajear a los opositores al régimen anterior. Los resultados de la estrategia de ODS no se han hecho esperar . Según informaron diversos medios checos, la dirección de esta formación ha disuelto 18 organizaciones regionales por cooperar con el KSCM. En muchos municipios, los conservadores tuvieron que llegar a acuerdos con los comunistas porque no tenían suficiente mayoría para gobernar, sobre todo en pequeñas localidades del país centroeuropeo. En su calidad de líder de ODS, Petr Necas admitió que "cada caso necesita un análisis particular, pero el Consejo Ejecutivo decidió eliminar a las organizaciones del partido que violen los estatutos y cooperen con los comunistas".
La disolución de las organizaciones del ODS deja al partido en una situación delicada en diferentes partes de Chequia. Tanto es así que algunos alcaldes del principal partido de la derecha gobernante anunciaron que no piensan acatar la medida impuesta por los dirigentes de Praga y que seguirán cooperando con el KSCM.
Otros cargos electos de ODS han amenazado con abandonar las filas del partido, lo que en algunos municipios significaría entregar el poder a los comunistas. En este sentido, Rudolf Cízek, alcalde del pequeño municipio de Zlonice, calificó de "injusta" la decisión de su partido, por que el pacto con los comunistas, que surgió en el año 2006, es "la única manera que existe para gobernar con estabilidad".
El rotativo de izquierda Právo considera "hipócrita" y "poco inteligente" el esfuerzo del Gobierno por ilegalizar al KSCM y prohibir cualquier tipo de colaboración con la formación. Právo recuerda que "todos los partidos parlamentarios han trabajado de una manera u otra en los últimos 20 años junto al KSCM . En el castillo de Praga [sede del jefe del Estado] tenemos un presidente [el conservador Václav Klaus] que no habría llegado en 2003 a su cargo si no hubiera sido por los comunistas. La derecha juega con fuego. Si tiene éxito con la prohibición de los comunistas, podría después acabar con la oposición", alerta Právo.
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