El Gobierno de EEUU no descarta una intervención militar en Libia ante el uso de la violencia por parte del régimen de Muamar el Gadafi, según ha anunciado este viernes la Casa Blanca.
Además, EEUU ha asegurado que impondrá sanciones unilaterales contra Libia, y buscará coordinar sanciones internacionales.
En su rueda de prensa diaria, el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, ha indicado que aunque aún se está ultimando el proceso de imposición de sanciones, ya se ha congelado la venta de armas a Libia, hasta ahora en estudio, y la "muy limitada" cooperación militar existente entre los dos países.
Además, EEUU coordina la imposición de sanciones multilaterales con sus aliados, ha declarado Carney. Entre las medidas que se estudian para hacer que el régimen de Gadafi "rinda cuentas", se incluyen la imposición de un embargo de armamento y la congelación de fondos del régimen.
Dentro del proceso de coordinación, el presidente estadounidense se reunirá el próximo lunes con el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, en la Casa Blanca, ha anunciado el portavoz.
El anuncio de las medidas se produce apenas una hora después de que partiera un avión con los últimos ciudadanos estadounidenses evacuados de Libia, incluidos los últimos diplomáticos presentes en el país.
Tras la salida de este avión, y la llegada a Malta de un ferry con la mayoría de los ciudadanos estadounidenses evacuados, la Embajada de EEUU en Trípoli ha quedado "cerrada", ha dicho el portavoz, hasta nueva orden una vez se restablezca la normalidad en el país.
El jueves, el Departamento de Estado había instado a los ciudadanos estadounidenses a abandonar Libia de manera inmediata.
Ni sostenible ni aceptable
Acerca de la simultaneidad de la evacuación con el anuncio de sanciones, el portavoz presidencial ha insinuado que la Casa Blanca ha diferido la imposición de sanciones hasta tener la seguridad de que sus ciudadanos se encontraban a salvo.
"Nuestro foco está en nuestra obligación de garantizar la seguridad de los ciudadanos estadounidenses y de asegurarnos de que las medidas que tomamos son las apropiadas. Estos han sido los principios que han guiado" el comportamiento del Gobierno estadounidense desde que comenzó la crisis hace once días, ha explicado.
Según ha afirmado, "Gadafi ha perdido la confianza de su gente, está supervisando una violencia brutal contra su gente y ha perdido toda legitimidad a los ojos de su pueblo".
El portavoz no ha pedido directamente la marcha del líder libio, algo que, según ha dicho, "deben decidir sus ciudadanos", pero ha indicado que "está claro que la mayoría de la población ha expresado que el continuo uso de la violencia, las claras violaciones de los derechos humanos, son totalmente inaceptables".
"La situación actual no es ni sostenible ni aceptable", ha insistido Carney.
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