El nivel del mar Mediterráneo crecerá hasta los 60 centímetros durante el siglo XXI según un estudio del Instituto Español de Oceanografía (IEO) que recoge por primera vez el impacto del cambio climático en dicha masa de agua desde 1943 a 2008. Hay que tener en cuenta que desde el siglo XIX tiene un incremento acumulado de 20 centímetros.
La causa radica en la velocidad de crecimiento que se ha duplicado con el cambio de siglo de los 1,5 milímetros por año a los 3 o 3,5 milímetros según las últimas mediciones realizadas entre 2005 y 2008 que también muestran evidencias de un incremento de la temperatura y de la salinidad del mar Mediterráneo.
Todos las cifras y estimaciones están recogidas en la segunda edición de 'Cambio Climático en el Mediterráneo Español', presentada este jueves en Málaga por investigadores del IEO encabezados por Manuel Vargas Yáñez, quién ha advertido que se podrían alcanzar los 80 o 90 centímetros "si continúa el calentamiento de la Tierra", aunque ha matizado que "no se pueden extrapolar los datos al futuro porque depende de lo que hagan los seres humanos y no responde a las leyes de la naturaleza".
El aumento del nivel del mar se debe a factores como la presión atmosférica, la temperatura y la masa de agua existente. El estudio asegura que el Mediterráneo se está dilatando a consecuencia del aumento de la temperatura superficial del agua a razón de 0,5 grados centígrados por año. Ha este echo contribuyen el deshielo de los polos "y la emsión de gases contaminates a la atmósfera, a la que no se pone remedio", ha apuntado Vargas.
Sin embargo, la clave residen en las aguas profundas, a unos 2,5 kilómetros de la costa, donde "una mínima variación deja una huella que se convierte un indicador muy importante" sobre el calor que está absorbiendo la Tierra. La temperatura de esta zona crece una décima por año, sin embargo, las cantidades de calor "son alarmantes", ha advertido Vargas, "ya que el 84% del calor que absorbe lo dedica a calentarlas".
De igual forma, la salinidad de las aguas mediterráneas se ha visto incrementada por la falta de precipitaciones y la escasa agua que llega de los ríos al mar debido a la construcción de presas y embalses.
El crecimiento del Mediterráneo provocará la "desaparición de zonas costeras densamente pobladas y hará más devastadores los efectos de tormentas y huracanes en estas zonas", ha manifestado Vargas. Aún así, ha apuntado que la "inercia del clima" conlleva que "los cambios que hicieramos para mejorar la situación no tendrían efecto hasta dentro de 30 años".
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