El modo de obrar de los arrestados (dos rumanos de 42 y 37 años) es novedoso y ha sorprendido a los investigadores de Delitos Tecnológicos. Los estafadores introducían en la cabina varias monedas de dos euros que, una vez consumada la estafa, recuperaban. Con un taladro, practicaban un orificio en un lateral del teléfono y, con ayuda de una varilla, desviaban el mecanismo de canalización de las monedas. Estas, en vez de caer en el contenedor (como ocurre normalmente) se desplazaban a otro lugar que permitía su posterior recuperación.
La cabina interpretaba que había dinero introducido y los ladrones lo aprovechaban para realizar distintas transacciones. Así pudieron recargar saldo de teléfonos móviles y también de tarjetas de compra en Internet. En ocasiones, llamaban a números de tarificación adicional. Esas llamadas, claro, no les suponían coste alguno. Los detenidos recibían encargos de clientes que querían recargar sus tarjetas y, a cambio de la operación, se llevaban una comisión.
Telefónica detectó los robos en varias de sus cabinas y denunció el caso. Hace unos días, los agentes localizaron a dos hombres en plena faena, en una cabina de la calle de la Diputació. Les detuvieron justo en el momento en el que recuperaban las monedas y se hicieron con instrumentos y herramientas que empleaban para manipular las cabinas.
Ambos arrestados han quedado en libertad con cargos por orden judicial. Uno de ellos acumula varios antecedentes por robo. Solo en el último mes, reventaron ocho cabinas en Barcelona. Según fuentes policiales, los ladrones han defraudado 4.000 euros y han causado un daño por valor de 8.000 euros a Telefónica, que no quiso hacer declaraciones por temor al efecto contagio.
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