Acertó. El propietario se plantó en el mismo quicio del edificio cuando les vio llegar. "Lo he pensado y a una pareja gay... no", reproduce sus palabras Bonet. "Creía que iba a venir una pareja de hombre y mujer", explica en conversación telefónica R., propietario del piso que pide no revelar su nombre. "Cuando los vi, me dije: una pareja de dos chicos, no. Una vez alquilé un piso a otra pareja así y tuve una mala experiencia. Además, ya lo tenía comprometido. Quizá me expresé mal y les he pedido disculpas", se excusa subrayando que su intención no era ofender la condición homosexual de la pareja rechazada. "Soy progresista: hasta he alquilado a negros y a rumanos", se justifica.
Bonet y su novio siguen buscando piso. Los argumentos de R. no han aliviado a los afectados. "Excusas. Si ya lo tenía alquilado, ¿por qué insistió en que lo visitáramos?", se molesta Bonet. "Nos rechazó por ser homosexuales. Es indignante", añade.La pareja no llevará el caso ante el juez porque carece de testigos, aunque lo ha denunciado una asociación local para alertar sobre estas actitudes. 'Estos casos ocurren, no son masivos, pero se suceden como un goteo. El año pasado registramos 10 denuncias por lo mismo', señala Jordi Munné, del Colectivo de Gays y Lesbianas de Tarragona H20. 'No sabemos si por cuestiones ideológicas, morales o de qué tipo, pero son situaciones que casi nunca se denuncian por falta de pruebas o por vergüenza de los afectados', explica Raúl García, del Colectivo de Gays de Madrid. En 2009 esta asociación recibió siete protestas de parejas que no pudieron alquilar pisos por su condición de homosexuales. R., el propietario que se negó a enseñar el piso de Tarragona, descarta que su actitud suponga un rechazo al colectivo homosexual. 'Pero si puedo escoger, prefiero alquilar a una pareja normal', detalla. Los afectados lamentan la estigmatización de los homosexuales que aspiran a ser arrendatarios. El aviso de Bonet al dueño del piso, anticipándole de que su pareja era un hombre, delata ese temor al rechazo. 'Le advertí porque los dueños siempre se extrañan cuando nos ven llegar como pareja', admite Bonet. 'Viene de lejos. Cuando buscábamos a través de una agencia nos avisaron de que tenían que preparar el terreno con los propietarios porque éramos homosexuales'. 'Son actitudes más corrientes de lo que se cree', dice Carmen Zurita, del Colectivo de Gays y Lesbianas. La entidad registró el año pasado 102 situaciones de discriminación a homosexuales que rebasaban la legalidad. 'Hay desde acosos laborales, hasta obreros que rechazaron reparar el piso de un gay por su condición', explica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario