Centenares de personas participaron el lunes por la mañana en la "Marcha por la Segunda Enmienda", celebrada frente al obelisco en memoria de George Washington, en el centro de la capital de los EEUU. Los manifestantes portaban carteles muy críticos con el presidente Obama, al que algunos calificaban de "comunista", o "traidor". A pesar de los recelos que despierta la administración Obama entre estos grupos favorables al derecho individual a portar armas, la convocatoria ha tenido un seguimiento menor al esperado.
Otras ciudades distribuidas por todo el país albergaron concentraciones similares. En Virginia, al otro lado del río Potomac, que marca la frontera de Washington DC, varias docenas de personas se concentraron exhibiendo pistolas y rifles. Puesto que Washington posee una de las leyes más restrictivas del país en materia de tenencia de armas, los centenares que se concentraron frente al obelisco, y detrás de la Casa Blanca, tuvieron que dejar sus pistolas en casa.
Mike Vanderboegh, uno de los líderes de la concentración en Virginia, en un discurso ante los asistentes, dijo que la confrontación armada debe reservarse para aquellos casos en los que el gobierno amenace la vida de las personas. Sin embargo, con tono amenazador, aseguró que era legítimo defenderse con las armas si la policía pretendía arrestar a alguien por no comprar una póliza sanitaria, tal como estipula la ley de la sanidad.
"Si sé que no voy a tener un juicio justo en una corte federal, al menos puede tener derecho a un tiroteo injusto", dijo Vanderboegh.
La manifestación coincide con el 15 aniversario del atentado de Oklahoma contra un edificio federal, en el que murieron 168 personas. Si embargo, como han señalado los organizadores, la razón para fijar esta fecha es laconmemoración de las batallas de Lexington y Concord, en la Guerra de Independencia contra el Reino Unido.
Las víctimas piden más restricciones
El mismo día en el que se concentraban los defensores de la segunda enmienda de la Constitución, en la que se basan los veredictos judiciales que garantizan el derecho a poseer armas, las familias de seis de lasvíctimas del tiroteo de la Universidad de Virginia Tech solicitaron mayores restricciones a la posesión de armas.
A través de un anuncio que ocupaba una página entera del periódico Richmond Times Dispatch, los familiares de las victimas pidieron a los senadores de Virginia, Jim Webb, y Mark Warner, que apoyaran una propuesta de ley que pondría fin a una laguna legal en la legislación sobre compra de armas.
En concreto, la propuesta de ley prohíbe que su puedan comprar armas de fuego en los llamados 'gun shows'-festivales para los aficionados a las armas- a vendedores ambulantes sin que estos tengan la obligación de comprobar si el comprador cumple todos los requisitos legales.
Se calcula que en los EEUU hay unos 60 millones de ciudadanos que poseen más de 200 millones de armas de fuego. Un buen número de ellos se organiza para defender sus derechos a través de la Asociación Nacional del Rifle, uno de los lobbies más poderosos del país. Sin embargo, en las grandes ciudades, donde los problemas de violencia son más graves, la mayoría de la población quiere leyes restrictivas.
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