Lo más importante es que Inter se volvió a Porto Alegre con ese sabor amargo a derrota, mientras que Cerro se va de la Frontera riverense con flor de punto, nada más ni nada menos que la unidad que le permite seguir siendo líder al cabo de la "primera rueda" del grupo. Los colorados prepararon la fiesta, trajeron a Rivera más de 20.000 personas, colorearon la tribuna con el rojo de su enseña, eran "locales" y como tales plantearon el partido.
Desde el comienzo, con el protagonismo, Cerro parado firme en sus líneas con dos líneas de cuatro recostadas en su cancha dándole el balón y la cancha al equipo rojo, que desesperado intentó primero por afuera, con toques cortos, pero cuando se hizo complicado hasta mandaron algún centro buscando la falla de la defensa cerrense, que no claudicó y fue llevando el partido, aunque con algún susto producto de algún remate de media distancia o de los desbordes de los laterales "gaúchos" cuando se desdoblaban y metían los centros rastreros, a media altura o por elevación. Pasado ese "sofocón", Mora comenzó a pesar, a molestar, con pelota al pie intentando buscar la falta del rival, con el aporte de Melo, tirado unos metros más atrás en el campo y complementados muy bien por un mediocampo firme, que no dio una sola pelota por perdida, que metió cuando hubo que hacerlo y que trancó duro cuando había que poner, siendo Suárez el abanderado de ese trabajo a destajo del mediocampo. Pasado el descanso, el partido cambió porque Cerro se abroqueló mejor, escalonó a los brasileños cuando cruzaban la línea de la mitad de la cancha pero inteligentemente tanto melo, como Mora hicieron un gran desgaste yendo a todas, molestando, insistiendo en cada pelota dividida y no dejando salir cómodos a los brasileños.
La mitad de la cancha se pobló de casacas albicelestes y el equipo "gaúcho" se fue "desmoralizando", primero porque no encontraba las brechas pero además porque encontró a un rival que no se esperaba.
Cerro tuvo alguna jugada en la que pudo anotar un tiro libre de Mora, algún remate desde afuera del área pero la más complicada del partido fue un zapatazo de un brasileño cuando moría el partido y que el golero hizo vista cuando todos en el estadio presagiaban que la pelota dormiría e la red.
En definitiva, fue un cero grande, pero con sabor a triunfo para los albicelestes que siguen realizando una notable campaña en esta Libertadores, dando muestras claras que esta firme y con reales posibilidades de pasar a la siguiente fase de la copa.
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