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sábado, 23 de enero de 2010

Cómo hacer para cambiar de mutualista en febrero

Según está reglamentado, durante febrero surge la oportunidad para que los usuarios puedan cambiarse sin expresar razones para hacerlo. El único requisito es haber estado afiliado a la institución durante siete años.

El año pasado se abrió por primera vez el "corralito", también en febrero, pero solamente habilitó a los afiliados con 10 años de antigüedad.

Fuera de esa fecha solamente se pueden cambiar aquellas personas que demuestren algún inconveniente, como el cambio de domicilio y probar algún desacuerdo con la institución de salud.

El presidente de la Junta Nacional de Salud (Junasa), doctor Jorge Basso explicó a LA REPUBLICA, que para el cambio también se toma en cuenta a aquellas personas que han tenido discontinuidades en el trabajo, pero con tramos que no superen los 120 días sin trabajar.

Esta medida favorece a los trabajadores zafrales, por ejemplo los obreros de la construcción.

Si la persona se borra de una institución de salud por más de 120 días, a través de la Seguridad Social puede cambiarse de institución, pero si no es así debe volver al prestador inicial. Es por ello que para el Fonasa este período es contabilizado como parte de los años trabajados, para poder cambiarse de mutualista.

DE OFICIO

Otro sector de la población que puede cambiarse está integrado por las personas que quedaron de oficio en ASSE, quienes por omisión o desconocimiento no se registraron en un prestador. Ahora, a partir del mes que viene se les abre la posibilidad del cambio.

El universo de afiliados que estarían habilitados para cambiarse ronda las 200 mil personas, el mismo del año pasado.

La experiencia de 2009 demostró que una gran mayoría no se cambió, y solamente se acogieron a este beneficio alrededor 20.000 personas.

"No creemos que muchas personas se cambien porque están fidelizados a su institución", aseguró Basso. La mayoría del público objetivo son adultos de mediana y tercera edad que están acostumbrados a su mutualista y a sus médicos tratantes.

En cierta forma este es uno de los motivos fundamentales para que las autoridades hayan puesto el tope mínimo de siete años. Si toda la población pudiera cambiar de mutualista, la corrida sería más grande y podría desestabilizar la economía de los prestadores.

En este marco los jóvenes son los más problemáticos, porque usan menos el servicio de salud y por lo tanto están menos fidelizados.

COMPETENCIA

Mientras tanto, varias instituciones de salud privadas ya lanzaron masivas campañas de comunicación. Algunas ofrecen servicios más baratos y órdenes gratuitas.

Otras son más agresivas y aseguran que las ofertas de gratuidad son peligrosas para una atención sanitaria en tiempo y forma. Mientras que otros centros de salud se ofrecen renovados y enfocados hacia el usuario como centro de la atención. Por su parte, la Administración de Servicios de Salud del Estado (ASSE) no hizo publicidad para retener a sus afiliados. En este marco y durante todo el año los afiliados a las mutualistas pueden cambiarse hacia salud pública si así lo desean.

Para cambiarse las personas tienen que acudir con la Cédula de Identidad a la sección de afiliaciones de la institución de salud elegida. No es necesario pasar por el Banco de Previsión Social, ese trámite lo realiza la propia mutualista.

Además los prestadores de donde se origina el usuario debe mandar la historia clínica del implicado a la institución elegida en los siguientes 15 días luego del cambio.

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