La Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos ha 
empezado a entregar armas a los rebeldes sirios, según han revelado 
fuentes estadounidenses y sirias al diario The Washington Post, mientras la comunidad internacional aún trata de llegar a un acuerdo
 sobre si llevar a cabo una intervención militar. Los envíos están 
limitados a armas ligeras y otras municiones que pueden ser rastreadas, 
por lo que están lejos de colmar las demandas de los rebeldes sirios, 
que han pedido con insistencia armas antitanque y antiaéreas.
Los envíos comenzaron a llegar hace dos semanas a territorio sirio a 
través de una red de bases clandestinas en Turquía y Jordania que la CIA
 comenzó a desarrollar el año pasado para ayudar a sus aliados 
regionales, principalmente Arabia Saudí y Qatar.
Las armas estarían destinadas directamente al Consejo Supremo Militar
 (CSM), la única estructura profesional de las fuerzas rebeldes, que 
está liderado por el general Salem Idriss e integrado por un amplio 
rango de desertores de las Fuerzas Armadas sirias.
Al mismo tiempo, el Departamento de Estado está haciendo llegar a los
 rebeldes sirios ayuda no letal, lo que incluye vehículos, sofisticados 
equipos de comunicaciones y botiquines de combate.
Las fuentes estadounidenses han admitido que toda esta ayuda no llega
 a las zonas donde más se necesita, sino a las más accesibles, dadas las
 dificultades de entrar en un país en conflicto y con infiltración de 
grupos terroristas.
El portavoz de la Coalición Nacional para las Fuerzas de la Oposición
 y la Revolución Siria (CNFORS), Jaled Salé, que este miércoles confirmó
 desde Washington que habían comenzado a recibir armas estadounidenses, 
ha valorado la ayuda de la Casa Blanca, pero ha considerado que es 
insuficiente, si se compara con la que el régimen de Bachar el Asad 
recibe de países como Rusia.
"El CMS está recibiendo muy poco apoyo, aunque ahora cualquier apoyo 
es un alivio", ha dicho. "El armamento no resuelve todas las necesidades
 de nuestros combatientes, pero es mejor que nada", ha añadido otra 
fuente opositora.
Por su parte, el director de las relaciones gubernamentales del 
Consejo Sirio-Estadounidense, Mohammed Ghanem, ha confiado en que la 
ayuda de Washington sirva para mejorar las relaciones con Damasco una 
vez finalizada la guerra civil.
Las fuentes consultadas por The Washington Post han 
explicado que el objetivo de la ayuda letal sería fortalecer a los 
principales grupos de la oposición armada para decantar el conflicto en 
contra del Gobierno de El Asad.
El encargado de coordinar la entrega de ayuda no letal del 
Departamento de Estado, Mark S.Ward, ha añadido que se pretende 
cohesionar a la oposición siria. "Ellos mismos están viendo que con un 
liderazgo están teniendo más impacto", ha indicado.
Ward ha señalado que otro de los objetivos es identificar e impulsar a
 los líderes moderados en las zonas que ya controla la oposición siria, 
principalmente en el norte del país, donde se han comenzado a 
reconstruir localidades.
"Creemos que somos capaces de ayudar a estos consejos locales a 
empezar por el buen camino. Elegimos a los individuos a los que ayudamos
 para garantizar que no se afilian a organizaciones terroristas", ha 
apuntado.
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