Cambios estructurales en la salud y en la educación, combatir la
desigualdad y la pobreza, fomentar el ahorro, regularizar la extracción
de recursos naturales. Son algunos de los planes políticos que habían
presentado los candidatos presidenciales chilenos para las primeras elecciones primarias abiertas de Chile.
Como se esperaba, Michelle Bachelet, la ex presidenta de Chile de
2006 a 2010, y ex directora de Onu Mujeres, ganó las elecciones con
aproximadamente el 74% de los votos emitidos. Tras los resultados, dados
a conocer en la noche del domingo, la ex mandataria agradeció a sus
electores el respaldo de esta jornada electoral y se consolidó como la
abanderada oficial del pacto Nueva Mayoría.
"Seguiremos luchando para llegar a La Moneda", dijo la candidata presidencial socialista
después de que se hicieran públicos los resultados. "Fue una campaña de
primarias fraternas, pero con mucho énfasis en ideas y con diferencias
sin duda pero también con similitudes y semejanzas", manifestó la ex
presidenta de Chile.
"Estoy convencida de que los próximos días tendremos que mirar como
seguimos trabajando hacia adelante, porque sé que vamos a continuar
caminando juntos", añadió la ex directora de Onu Mujeres. Junto a
Bachelet, en el pacto de Nueva Mayoría, se presentaron su ministro de
Hacienda, Andrés Velasco, el ex alcalde democratacristiano Claudio
Orrego y el radical José Antonio Gómez.
En el pacto de La Alianza, que actualmente gobierna a manos del
empresario Sebastián Piñera, competían el ex ministro de Defensa Andrés
Allamand (Renovación Nacional) y el ex ministro de Economía Pablo
Longueira (Unión Demócrata Independiente), que superó a su colega por
unos pocos miles de votos en una reñida disputa.
Tras más de dos décadas de democracia, Chile estrenaba un sistema de
primarias abiertas y vinculantes para elegir a los candidatos a la
Presidencia de los dos grandes bloques políticos del país, conocidos
popularmente como La Alianza y La Concertación. Los ganadores de
las dos coaliciones más importantes de Chile, junto con varios
aspirantes minoritarios, serán los candidatos en las próximas elecciones
del 17 de noviembre.
El inicio del proceso electoral estaba previsto a las 08:00 hora
local (12:00 GMT), pero el frío invernal y las temperaturas bajo cero
hicieron que las mesas receptoras de votos de las primarias
presidenciales tardaran en conformarse algo más de lo esperado. Hacia
las 08.30 sólo había una mesa constituida en el Estadio Nacional de
Santiago, uno de los centros de votación más grandes de la capital, de
más de 200 mesas.
Pocos, pero más votantes de lo esperado
Poco a poco la gente se fue animando y de los 13 millones de chilenos
y de chilenas que conforman la lista electoral hicieron uso del
sufragio casi tres millones de personas. Hay que recordar que no podían
votar aquellos que estuvieran afiliados a algún partido minoritario.
Finalmente emitieron su voto algo más del 20% de la población con
derecho, casi el doble de personas de lo esperado. En todo el país
funcionaron 13.538 mesas electorales, de las 13.541 mesas que estaban
convocadas.
Todas las encuestas coinciden en que Bachelet será la próxima
presidenta del país y sucederá a Sebastián Piñera, actual presidente del
país, en marzo de 2014. La principal propuesta de la ex mandataria es
una reforma tributaria para recaudar más de 8.000 millones de dólares, o
un 3 % del PIB, que destinará, en parte, a un profundo cambio en el
sistema educativo enfocado en la gratuidad y en elevar la calidad del
aprendizaje.
Durante la semana pasada se vivieron momentos tensos después del
desalojo de miles de estudiantes que habían tomado decenas de centros
educativos por todo el país, algunos de ellos colegios electorales. En
el desalojo hubo 151 detenidos, casi todos menores de edad.
El operativo policial se produjo horas después de una masiva manifestación por una educación gratuita
que terminó con violentos enfrentamientos entre los estudiantes y las
fuerzas del orden. Hace más de cuatro años que la crisis educativa
afecta al país.
Una vez más, los chilenos residentes en distintas partes del mundo
hicieron una votación simbólica, como forma de protesta por la falta de
avance en la ley que permite el voto en el exterior. La iniciativa llevó
por nombre 'Haz tu voto volar' y tuvo lugar en ciudades como París,
Madrid, Sydney, y en el estado de California, en los Estados Unidos.
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