Berlín ha reaccionado con enojo a las revelaciones sobre el espionaje estadounidense a Alemania y a Europa, que podrían lastrar las relaciones transatlánticas. Tanto políticos del Gobierno de la democristiana Angela Merkel
(CDU) como los líderes de la oposición socialdemócrata (SPD) y Verde
mostraron este domingo su rechazo por la supervisión, cada mes, de unos
500 millones de llamadas telefónicas y de Internet realizadas en o desde
Alemania.
La ministra federal de Justicia, la liberal Sabine
Leutheusser-Schnarrenberger (FDP), exigió que Washington se apresure a
ofrecer explicaciones sobre el escándalo. Para la ministra, que
“nuestros amigos de EE UU vean a los europeos como enemigos excede todo
lo imaginable”. La Fiscalía federal alemana, que se encarga de la
seguridad interior, está estudiando abrir diligencias por el caso. El
semanario alemán Der Spiegel publicó este fin de semana que la Agencia de Seguridad Nacional estadounidense (NSA) espía masivamente a ciudadanos de la Europa continental, con énfasis en los alemanes, así como sedes de la Unión Europea.
También la Comisión Europea ha pedido explicaciones a la Casa Blanca, después de que se supiera el sábado que la NSA espió directamente a funcionarios y cargos públicos de la UE.
Un portavoz de la Comisión explicó el domingo que ha “contactado
inmediatamente con las autoridades de EE UU en Washington y en Bruselas
para confrontarles con las acusaciones”. Der Spiegel cita documentos con el sello de alto secreto, ahora en manos del responsable de las filtraciones, el exempleado de la NSA Edward Snowden,
que describen diversos asaltos informáticos a las sedes diplomáticas de
la UE en Washington y en Nueva York, donde EE UU colocó además
micrófonos ocultos. Habla también de espionaje informático y telefónico a
sedes de la UE en la misma Bruselas.
La comisaria de Justicia de la UE, Viviane Reding, amenazó con la
suspensión de las ambiciosas negociaciones que están a punto de comenzar
para instituir una zona de libre comercio entre Estados Unidos y
Europa: “a los socios no se les espía”. El presidente del Parlamento
europeo, el socialdemócrata alemán Martin Schulz, dijo que, “si es
verdad, es un escándalo inmenso que podría suponer un gran lastre para
las relaciones entre la UE y EE UU”. El ministro de Asuntos Exteriores
francés, Laurent Fabius, informó de que París ha reclamado oficialmente
explicaciones.
Snowden también es responsable de las filtraciones sobre los
programas de espionaje Prisma y Tempora, con los que EE UU y Reino Unido
escanean sistemáticamente las redes mundiales de comunicación digital.
El informático Snowden sigue en Moscú tras huir de Hong Kong. Las
prolijas informaciones de Der Spiegel vienen firmadas por
reporteros de la casa y por la realizadora estadounidense Laura Poitras,
que antes había publicado sobre el asunto en el diario británico The
Guardian. Otro autor del reportaje alemán, Marcel Rosenbach, declina
comentar si ella actuó de intermediaria para los explosivos documentos
top secret.
En los informes filtrados se habla de combatir tres grandes amenazas:
el terrorismo internacional, los ataques informáticos y las
filtraciones. Snowden ha hecho realidad esta última.
La cuestión es qué tipo de amenaza identifica la NSA en Europa y en
Alemania. Para la ministra alemana de Justicia, la noticia recuerda “al
trato que se daban los bloques enemigos” durante las décadas de la
Guerra Fría.
Los documentos muestran las prioridades de la más opaca de las
agencias de información de Estados Unidos. Solo Reino Unido, Canadá,
Nueva Zelanda y Australia aparecen como socios de primera, excluidos de
la lista de objetivos. Otros 30 Estados lo son de segunda, entre ellos
Alemania. En estos se espía sin cortapisas, de arriba abajo, Gobierno e
instituciones democráticas incluidas. El énfasis en Alemania, que
soporta muchos más ataques que Francia o Italia, se debe probablemente a
su importancia económica, científica y empresarial, así como a su papel
preponderante en la Unión Europea y en la Eurozona. Según el semanario
de Hamburgo, la NSA fisgonea casi tanto en las entrañas de su gran
aliado continental como en Arabia Saudí o en Irak.
Durante su reciente visita a Berlín, el presidente de EE UU, Barack
Obama, dijo que la NSA, cuyo presupuesto anual ronda los 4.500 millones
de euros, solo persigue “defender a EE UU” y a sus aliados de sus
“enemigos”. Aseguró que ha servido para evitar 50 atentados terroristas,
entre ellos en Alemania. Si los programas Prisma y Tempora ya
preocupaban a muchos alemanes, las nuevas revelaciones están terminando
con la confianza hacia el socio americano.
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