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martes, 24 de julio de 2012

Un político del PP mató al contrarrevolucionario cubano Payá

Ángel Carromero, el español herido en el accidente que le ha costado la vida a Oswaldo Payá se encuentra en buen estado. Está detenido desde ayer en Bayamo (Cuba), porque conducía el coche el que el perdieron la vida Oswaldo Paya y Harold Cepero.

Ángel Carromero. | Twitter

Ángel Carromero. | Twitter

Según las declaraciones de Carromero, no llegó a ver una señal de tráfico de reducción de velocidad. Por este motivo perdió el control del vehículo y cayó por un terraplén.

Carromero, que sufrió una herida en la cabeza, prestó declaración ante la policía tras ser dado de alta en el hospital. Está bien de salud y "no tiene dolores", según confirmó el cónsul general de España en La Habana, Tomás Rodríguez-Pantoja.

De acuerdo con las fuentes diplomáticas españolas, al parecer Jens Aron Modig fue dejado en libertad tras prestar declaración. Acompañado por la embajadora de Suecia, Caroline Fleetwood, el joven regresó a la Habana para volar hoy, martes, a su país.

El dirigente de Nuevas Generaciones del PP en Madrid había entrado como turista en la isla, acompañado por el presidente de la Liga de la Juventud Demócrata Cristiana de Suecia (KDU), Aron Modig.

Ambos querían aprovechar este desplazamiento para entablar contactos con la oposición cubana, si bien en el aeropuerto sólo dijeron que viajaban por motivos de turismo para evitar que se les denegara la entrada en Cuba, informa Efe.

Payá y el miembro del Movimiento Cristiano de Liberación Harold Cepera fallecieron en el accidente, que provocó que el coche en el que viajaban diera varias vueltas de campana. Carromero y Modig resultaron heridos, aunque su estado, en principio, no reviste gravedad.

La hija de Oswaldo Payá, María,denunció ayer que, según el testimonio de los supervivientes, un segundo coche embistió varias veces, intentando sacarlo de la carretera, el vehículo en el que viajaba Payá con sus tres acompañantes.

NNGG, en cambio, prefiere mantener la prudencia hasta que Carromero regrese a Madrid y ha evitado especular en torno a las circunstancias en las que se produjo el accidente.

Los recortes en prevención por la crisis dificultan la extinción de los incendios


Una oleada de incendios vuelve a afectar a España un verano más. Desastres que asolan el país cada año, pero que en las últimas semanas se han recrudecido. Según datos del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, los fuegos han arrasado casi 90.000 hectáreas en lo que va de año, el doble que en el mismo periodo de 2011. Las condiciones climatológicas ayudan a la propagación de los incendios, pero para organizaciones como Greenpeace o SEO/Birdlife, los daños podrían reducirse con un mayor esfuerzo en políticas de prevención.

Cataluña, que sufre el peor incendio de los últimos años, y Extremadura son las últimas regiones afectadas. Este lunes se ha declarado un incendio en Las Hurdes, Cáceres, que amenaza con arrasar una zona fuertemente castigada en 2007 y 2009.

Por lo que respecta a Cataluña, el fuego está arrasando buena parte del Alto Ampurdá y comarcas vecinas como la Alta Garrotxa. El fuerte viento de Tramuntana, con rachas de más de 90 kilómetros/hora, la baja humedad ambiental y la escasez de lluvias durante el año han propiciado la rápida expansión del fuego.

Menos dinero por la crisis

Las condiciones climatólógicas en España favorecen el surgimiento de los incendios. El calor, unido a la escasez de precipitaciones durante el año, originan un caldo de cultivo muy propicio para el desastre. Sin embargo, para las organizaciones ecologistas, los fuegos recientes ponen de manifiesto graves deficiencias en materia de prevención de los fuegos. SEO/Birdlife viene reclamando desde hace algunos años la mejora en este apartado: "Los incendios quizá no se pueden evitar, pero sí puede limitarse su propagación", ha declarado Cristina Sánchez, miembro de SEO/Birdlife en Cataluña, a ELMUNDO.es.

"Como consecuencia de la crisis se están limitando los recursos en dotación de bomberos, puestos de vigilancia, recursos humanos" declara Cristina Sánchez. "Incluso las temporadas de vigilancia comienzan 15 días o un mes más tarde", ha declarado. Unos graves recortes que terminan repercutiendo en menor cantidad de medios y recursos para combatir los incendios.

Sin embargo, la cuestión no sólo reside en que se dedique menos recursos a la prevención. "Es un problema estructural que viene de décadas" explica Miguel Ángel Soto, de Greenpeace. Un problema que, según el activista, suma cuatro grandes causas responsables de la situación actual: "Abandono del mundo rural, el cambio climático que provoca extremos, mayor cantidad de actividades naturales que incrementan el riesgo y, finalmente, esa rebaja en la prevención".

Amenaza para la biodiversidad

Los fuegos suelen tener un alto coste para la biodiversidad. Los incendios en Girona afectan a una zona de un enorme valor medioambiental, en especial el Paraje Natural de la Albera. Es el extremo más oriental de la Sierra de los Pirineos, por lo que es zona de transición entre el ambiente mediterráneo (con bosques de alcornoques y encinas) y pirenaico, lo que da lugar a una gran variedad de flora. Un paisaje muy diverso que está afectado por los fuegos que ya han devorado miles de hectáreas. Según los agentes forestales, de las 13.000 hectáreas quemadas, un 50 % son bosques de alcornoques, un 20 % de pinos, un 25% matorrales y un 5 % de otros.

A esto se suma el valor de la zona por ser principal ruta migratoria de entrada de las aves a la Península por el este. Incluso la tortuga mediterránea, que encuentra en el macizo de la Albera su último refugio en la Península, puede verse afectada.

También los incendios que está sufriendo Tenerife (y que ya están controlados) implicaron una grave amenaza para la biodiversidad de la isla. Numerosas zonas de matorral y pinar del suroeste de la isla que albergaban importantes poblaciones de especies y subespecies de aves endémicas sufrieron los daños del fuego. Incluso las llamas se adentraron en el Parque Nacional del Teide.

Una falta de cultura de prevención social y política que junto a las condiciones climatológicas propician de nuevo incendios de este calibre. Miles de hectáreas quemadas, numerosas especies afectadas y en el peor de los casos, pérdida de vidas humanas, son las consecuencias de estos desastres año tras año. Por todo esto los ecologistas reclaman que "la gestión forestal sea prioritaria". El incendio de Cataluña se ha cobrado ya cuatro vidas.

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