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jueves, 14 de julio de 2011

Alarma y pesimismo sobre deuda estadounidense


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Washington, 14 jul (PL) Una cesación de pagos debilitará la economía, empeorará el déficit, dañará la confianza y será algo negativo, dijo Ben Bernanke, presidente de la Reserva Federal (Fed) estadounidense, para acentuar hoy la alarma y el pesimismo en el país.

El gobierno de Estados Unidos está hoy jueves a escasos 19 días de llegar a una situación de no pagos si el Congreso no incrementa la capacidad de endeudamiento estadounidense aunque todavía no hay escenas de pánico.

Las alarmas ya no solo sueñan en la Casa Blanca. El principal directivo de la Fed alertó de previsibles peligros y aseguró que "los tipos de interés empiecen a subir a medida que nuestros acreedores pierdan la confianza en nuestra capacidad o disposición para pagar las deudas".

El pulseo entre la Casa Blanca junto a los demócratas de un lado, y los republicanos del otro, no termina, y el 2 de agosto debe existir un nuevo tope de endeudamiento público, al menos eso espera la mayoría de los estadounidenses.

El límite actual de unos 14,29 billones de dólares se alcanzará el 2 de agosto aunque el tope llegó el 16 de mayo, aunque el Tesoro hizo ajustes de gastos y contabilidad para llegar a la fecha fijada.

Bernanke considera que esta situación "causará un enorme desorden en el sistema financiero, con impactos mayores en la economía global".

Aunque hay prioridad en pagar a los tenedores de bonos del Tesoro de Estados Unidos, quienes se afectarán más serán los receptores de subsidios sociales del Gobierno federal, incluidos los beneficiarios del Seguro Social, el programa Medicare de subsidios de gastos médicos, y los sueldos de los militares, agregó.

Si no encontramos una solución no puedo garantizar que esos cheques salgan el 3 de agosto. Es posible que simplemente no haya dinero para ello en las arcas, alertó ya el presidente Barack Obama en declaraciones al canal CBS.

Para algunos especialistas la esperanza de llegar a un acuerdo se disolvió en cada fracaso de las reuniones convocadas por la Casa Blanca y en la que los republicanos persistieron en su negativa de apoyar un alza de los impuestos a los más ricos pese a la voluntad gubernamental de cortar gastos.

Este jueves, la puja financiera debe poner otro capítulo al drama sobre el aumento del tope de la deuda que centra la atención de los estadounidenses, mientras el pesimismo aumenta.

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