Quien más, quien menos tiene una cicatriz fea que prefiere no enseñar. La mayor parte de las operaciones dejan visibles marcas, igual que los accidentes o las caídas, y por mucho que trabajen los médicos en ello, es imposible evitarlas y difícil reducirlas. Un grupo de investigadores de la Universidad de Stanford (EEUU) ha desarrollado un parche de silicona que, a tenor de los primeros ensayos, podría mejorar el proceso de cicatrización.
La regeneración de nuestra piel no es perfecta, especialmente cuando está sometida a grandes tensiones, como sucede en muchas intervenciones quirúrgicas. Por muy bien suturada que esté una incisión, lo más probable es que se forme tejido cicatricial que, si es muy extenso, puede causar incluso problemas de movilidad.
Heridas sin tratar (izqda.) y tratadas con el parche
De momento, los médicos no pueden evitar que aparezcan y los remedios diseñados para mejorar el proceso (ungüentos, apósitos de cinta o silicona, láser...) no han demostrado su eficacia, según los autores. "Me di cuenta hace mucho tiempo de que no íbamos a solucionar el problema de las cicatrices con los instrumentos y herramientas quirúrgicas actuales", explica Geoffrey Gurtner, catedrático de Cirugía en Stanford.
En busca de un remedio, Gurtner se sentó con Reinhold Dauskardt, experto en ciencia de materiales e ingeniería, para estudiar las fuerzas mecánicas que influyen en las heridas mientras se curan para idear un fino y elástico apósito de silicona que las neutraliza. El parche se pega sobre las incisiones una vez retiradas las suturas y al contraerse proporciona una presión uniforme en toda la zona.
Cicatrices más discretas
Después de probar su eficacia en cerdos, que poseen una piel parecida a la de los humanos, los autores emplearon su adhesivo en nueve mujeres que se sometieron a una abdominoplastia (extirpación de la piel sobrante del abdomen). En esta intervención se quita una gran cantidad de tejido y por eso las incisiones quedan sometidas a una gran tensión que suele originar cicatrices grandes y gruesas.
Los resultados de esta prueba de concepto, publicados en 'Annals of Surgery', son positivos. Las participantes utilizaron el apósito de silicona en una mitad de la incisión y en la otra mitad no. Al cabo de un tiempo, un grupo de tres cirujanos plásticos independientes y de tres voluntarios evaluaron el aspecto de las cicatrices sobre una escala de 100.
Para los voluntarios, la apariencia de las zonas tratadas obtuvo una media de 13,2 puntos más. Para los expertos, estaba más de 39 puntos por encima. En ambos casos, la diferencia era muy significativa, según los autores, que ya están diseñando ensayos clínicos más amplios para probar su invento.
Estos resultados, concluye el trabajo, "son consistentes con la premisa de que cuando no se alcanza el equilibrio mecánico entre el estrés fisiológico de la piel y los componentes de soporte de la herida, los procesos biológicos de reparación son continuamente estimulados para aumentar el tejido cicatricial y limitar la regeneración tisular".
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