Gara
GASTEIZ-. Bildu movió ficha ayer y alteró el juego de negociaciones para la constitución de los gobiernos municipales y forales. Una de las jugadas que se preveía era la de relacionar el futuro de la Diputación de Gipuzkoa con la de Araba. Una de las combinaciones posibles era que Bildu apoyara al PNV en Araba a cambio de que los jeltzales le permitieran gobernar Gipuzkoa. Pero había otra: que los jeltzales hicieran un acuerdo con el PSE, en el que entrarían en juego diputaciones, que serían para el PNV, y ayuntamientos, entre ellos el de Donostia, que gobernaría el PSE.
Todas esas quinielas saltaron por los aires cuando poco después del mediodía Bildu anunciaba su compromiso de "favorecer, sin ninguna condición ni contrapartida, cualquier fórmula que excluya a la derecha más retrógrada de Europa del gobierno de las principales instituciones alavesas".
Eso, en la práctica, significa que Bildu, sin mirar lo que ocurra en otros territorios, ofrece el apoyo de sus once procuradores en las Juntas Generales de Araba para que Xabier Agirre pueda volver a ser diputado general.
El gesto simplifica matemáticamente el tablero de juego de pactos en el ámbito de las tres diputaciones y los mayores ayuntamientos de la CAV, aunque también lo carga de mayor contenido político. La Diputación de Bizkaia y el Ayuntamiento de Bilbo serán gobernados por el PNV. La Diputación de Araba, también. El Ayuntamiento de Gasteiz quedará en manos del PP salvo que el PSE quisiera entrar en pactos con el PNV para arrebatárselo. Por lo tanto, todo queda reducido a si el PNV acepta o no que en Gipuzkoa y en Donostia gobierne Bildu.
Los portavoces de la coalición -ayer fueron Kike Fernández de Pinedo, número uno de la lista al Ayuntamiento de Gasteiz, y Lorena López de la Calle, segunda en la plancha de Juntas Generales, junto a Itziar Amestoy, Antxon Belakortu y Luis Salgado- destacaron que su intención de "abrir las puertas a uno y cerrársela a otro" la toman sin esperar que el PNV les ofrezca nada a cambio. A su entender, la ciudadanía alavesa ha hablado y se ha definido mayoritariamente abertzale. El PP no tiene mayoría, ni con el apoyo del PSE, y Bildu quiere que eso se refleje.
"Sin acuerdo de gobierno"
Bildu no pretende entrar en el gobierno que vaya a formar Xabier Agirre. De hecho, ayer explicaron que "tomamos esta decisión desde una posición muy crítica con un posible gobierno de la Diputación de Araba formado por el PNV, pero entendemos que estamos desarrollando el ejercicio de responsabilidad política que miles y miles de alaveses nos han encomendado".
Fueron explícitos al señalar que "atendiendo a nuestros respectivos programas electorales, dudamos de un acuerdo para la formación de cualquier gobierno con un partido como el PNV, por lo lejos que está nuestro modelo social y económico del suyo". Pero Bildu entiende que éste "es el momento de pensar, en clave de país, qué es mejor para Euskal Herria, qué es mejor para Araba", y, por tanto, "es momento de abandonar cualquier criterio exclusivamente partidista".
Bildu considera que su decisión de impedir que la derecha española gobierne Araba favorecerá las posibilidades de "seguir avanzando hacia el cambio político y social". Sus portavoces destacaron que "la confianza que la sociedad ha depositado en Bildu nos hace responsables para generar las condiciones adecuadas que faciliten el avance del cambio de ciclo. Queremos habilitar escenarios que faciliten avanzar en la solución del conflicto, en el respeto a los derechos civiles y políticos, en una justicia social, en el apoyo al euskara...".
GASTEIZ-. Bildu movió ficha ayer y alteró el juego de negociaciones para la constitución de los gobiernos municipales y forales. Una de las jugadas que se preveía era la de relacionar el futuro de la Diputación de Gipuzkoa con la de Araba. Una de las combinaciones posibles era que Bildu apoyara al PNV en Araba a cambio de que los jeltzales le permitieran gobernar Gipuzkoa. Pero había otra: que los jeltzales hicieran un acuerdo con el PSE, en el que entrarían en juego diputaciones, que serían para el PNV, y ayuntamientos, entre ellos el de Donostia, que gobernaría el PSE.
Todas esas quinielas saltaron por los aires cuando poco después del mediodía Bildu anunciaba su compromiso de "favorecer, sin ninguna condición ni contrapartida, cualquier fórmula que excluya a la derecha más retrógrada de Europa del gobierno de las principales instituciones alavesas".
Eso, en la práctica, significa que Bildu, sin mirar lo que ocurra en otros territorios, ofrece el apoyo de sus once procuradores en las Juntas Generales de Araba para que Xabier Agirre pueda volver a ser diputado general.
El gesto simplifica matemáticamente el tablero de juego de pactos en el ámbito de las tres diputaciones y los mayores ayuntamientos de la CAV, aunque también lo carga de mayor contenido político. La Diputación de Bizkaia y el Ayuntamiento de Bilbo serán gobernados por el PNV. La Diputación de Araba, también. El Ayuntamiento de Gasteiz quedará en manos del PP salvo que el PSE quisiera entrar en pactos con el PNV para arrebatárselo. Por lo tanto, todo queda reducido a si el PNV acepta o no que en Gipuzkoa y en Donostia gobierne Bildu.
Los portavoces de la coalición -ayer fueron Kike Fernández de Pinedo, número uno de la lista al Ayuntamiento de Gasteiz, y Lorena López de la Calle, segunda en la plancha de Juntas Generales, junto a Itziar Amestoy, Antxon Belakortu y Luis Salgado- destacaron que su intención de "abrir las puertas a uno y cerrársela a otro" la toman sin esperar que el PNV les ofrezca nada a cambio. A su entender, la ciudadanía alavesa ha hablado y se ha definido mayoritariamente abertzale. El PP no tiene mayoría, ni con el apoyo del PSE, y Bildu quiere que eso se refleje.
"Sin acuerdo de gobierno"
Bildu no pretende entrar en el gobierno que vaya a formar Xabier Agirre. De hecho, ayer explicaron que "tomamos esta decisión desde una posición muy crítica con un posible gobierno de la Diputación de Araba formado por el PNV, pero entendemos que estamos desarrollando el ejercicio de responsabilidad política que miles y miles de alaveses nos han encomendado".
Fueron explícitos al señalar que "atendiendo a nuestros respectivos programas electorales, dudamos de un acuerdo para la formación de cualquier gobierno con un partido como el PNV, por lo lejos que está nuestro modelo social y económico del suyo". Pero Bildu entiende que éste "es el momento de pensar, en clave de país, qué es mejor para Euskal Herria, qué es mejor para Araba", y, por tanto, "es momento de abandonar cualquier criterio exclusivamente partidista".
Bildu considera que su decisión de impedir que la derecha española gobierne Araba favorecerá las posibilidades de "seguir avanzando hacia el cambio político y social". Sus portavoces destacaron que "la confianza que la sociedad ha depositado en Bildu nos hace responsables para generar las condiciones adecuadas que faciliten el avance del cambio de ciclo. Queremos habilitar escenarios que faciliten avanzar en la solución del conflicto, en el respeto a los derechos civiles y políticos, en una justicia social, en el apoyo al euskara...".
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