La nube de ceniza volcánica islandesa, que desde este amanecer cubre Escocia y parte de Irlanda, mantiene en vilo a millones de viajeros europeos, entre ellos miles de seguidores del Barça que planean volar a Londres el sábado para la final de la Liga de Campeones y el presidente Barack Obama invitado a la Cumbre del G-8 en Francia. Según la organización europea de seguridad aérea (Eurocontrol), unos 500 vuelos han sido anulados este martes.
Desde esta mañana todos los vuelos desde y hacia Escocia han sido cancelados y se espera que esta noche los aeropuertos de Londres sufran los efectos de la nube, aunque Reino Unido insiste en que no cerrará todo su espacio aéreo en ningún momento.
En un comunicado emitido a las 17 horas, Eurocontrol, la agencia europea para la seguridad en la navegación aérea, ha dicho que durante la jornada sólo se han cancelado medio millar de vuelos (frente a los 28.000 anulados diariamente en la crisis volcánica de abril de 2010). En España, hasta las 14 horas se habían cancelado 15 vuelos con Reino Unido.
Miles de pasajeros se están viendo en todo caso afectados por la situación, en especial en los aeropuertos británicos, donde cientos de ellos han tenido incluso que pasar la noche.
El último mapa de previsión del centro de cenizas volcánicas de la Oficina Meteorológica británica muestra que la tendencia es que en las próximas horas la nube se mueva hacia Dinamarca, Suecia, Noruega y el norte de Alemania, en un giro nórdico imprevisto hace unos días.
Estimaciones complicadas
La atmósfera está muy inestable y los expertos tienen dificultades para acertar con sus estimaciones.
Eurocontrol, que está centralizando la información en Bruselas, asegura que "tal vez" ahora es "menos probable" que la nube llegue al norte de España y el oeste de Francia al final de la semana. Pero sólo "tal vez" porque los vientos soplarán a partir del jueves fuertemente hacia el sur.
De hecho, según la la Oficina Meteorológica de Islandia la actividad del volcán Grimsvötn se ha frenado en las últimas horas, y la altura de la columna de ceniza se ha reducido hasta los 5.000 metros (en las horas posteriores a la erupción había llegado hasta una altura de 20.000 metros), informa Efe.
Expertos y políticos insisten en que, a diferencia de la crisis del año pasado, no habrá un cierre generalizado y permanente del espacio aéreo europeo, sino cancelaciones y retrasos de vuelos en las zonas más afectadas cada día.
Aun así, la amenaza volcánica ya ha trastocado hasta los planes del presidente Obama, que ayer tuvo que acortar su primer día de visita a Europa y adelantar 12 horas su llegada a Londres desde Irlanda. En teoría, volará el jueves hacia Francia para la cumbre en Deauville.
Los hombres de Guardiola
El Barça, que juega la final de la Liga de Campeones el sábado contra el Manchester, tenía planeado volar a Londres también ese día, pero Pep Guardiola aseguró ayer que incluso considera viajar en autobús, aunque lo más probable es que el equipo simplemente acabe adelantando su vuelo a mañana.
Desde que se suavizaron las reglas en 2010 tras la suspensión de 100.000 vuelos en una semana por el cierre casi total del espacio aéreo europeo, los Estados y las aerolíneas tienen más flexibilidad para decidir y estándares más bajos para poder volar entre cenizas según el grado de contaminación.
"Hay niveles bajos de concentración de cenizas. Volar aún es seguro. Cuando hay concentraciones altas, depende del avión y otros factores", explica Brian Flynn, jefe de operaciones de Eurocontrol.
Ahora los restos del volcán son más densos, con lo que se dispersan antes. La erupción también se ha moderado hoy por lo que la concentración de cenizas es menor. Además, esta vez la mayoría se están dispersando hacia el norte de Islandia y, según Eurocontrol, la situación "no se puede comparar" con la del volcán del año pasado. Las interrupciones del tráfico aéreo serán "de mucha menor escala", según Flynn. "No se cerrará el espacio aéreo europeo como tal, se cancelarán algunos vuelos", insiste.
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