Los resultados del 22-M parecen anticipar una victoria del PP en las elecciones generales previstas para el año próximo. No es una conclusión infalible. Hace cuatro años, el PP superó en votos al PSOE en las municipales y luego perdió las generales. Esta vez, sin embargo, la distancia es mucho mayor, muy difícil de revertir. Con los resultados de estas municipales, el PP se quedaría a 13 escaños de la mayoría absoluta en el Congreso, con 164 diputados, según la extrapolación realizada por EL PAÍS, que muestra un hundimiento del PSOE y un reparto de los diputados mucho más plural y alejado del bipartidismo.
En el ejercicio se han tomado los datos del escrutinio de ayer al 90% provincia por provincia y se ha aplicado la Ley D’Hont a cada una de ellas tal y como se hace en unas generales. Extrapolar los resultados de unas elecciones a otras es un ejercicio aventurado de política ficción. Las diferencias del momento, ámbito, candidatos, censo y reglas obligan a tomar con muchísima cautela cualquier conclusión. El resultado de ese ejercicio es un vuelco en la composición del Congreso de los Diputados. El PP sería el grupo mayoritario con 164 diputados, 10 más que los 154 que obtuvo en 2008 (incluidos dos de Unión del Pueblo Navarro, que luego rompió con el partido de Mariano Rajoy). El PSOE, mientras, perdería 53 de sus actuales 169 diputados, con lo que se quedaría en 116, un resultado peor que los 125 diputados que sumó Joaquín Almunia en 2000, cuando el PP logró la mayoría absoluta. Para el PSOE sería imposible formar Gobierno en estas condiciones.
Bildu tendría siete diputados en el Congreso, los mismos que PNV
CiU sería la tercera fuerza política en el Congreso con 16 diputados, 6 más que en 2008, pero el mayor salto lo daría Izquierda Unida, que pasaría de 2 a 15 escaños. El otro gran salto sería el de Bildu, que obtendría 7 diputados, los mismos que el PNV, al lograr representación en las tres provincias vascas y en Navarra y lograr unops resultados mejores que los que nunca tuvo Batasuna.
Con unos resultados así en unas generales, al PP no le bastaría para gobernar con los dos escaños de UPN (separada ahora del PP), los dos de FAC, el partido de Francisco Álvarez-Cascos, y los cuatro de Coalición Canaria, sus partidos más afines. Para tener una mayoría estable necesitaría sumar también a algún otro grupo minoritario como el Partido Andalucista (2 diputados) UPyD (2 escaños), PRC (un diputado) o el PAR (un diputado, o bien pactar con alguno de los grandes partidos nacionlistas (CiU o PNV).
Por su parte, ERC ganaría dos escaños, el BNG y Nafarroa Bai mantendrían los que tenían en 2008 y también entrarían en el Congreso (además de los ya citados Bildu, FAC, el PA, el PAR o el PRC) los nacionalistas de Lanzarote y Plataforma por Catalunya, el partido con tintes xenófobos dirigido por Josep Anglada.
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