El miedo durante los peores momentos de la crisis llevó a los españoles a ahorrar una cantidad de dinero récord en 2009; ese año se guardó en el cajón uno de cada cinco euros disponibles y la tasa de ahorro llegó a situarse en el 24,7% de la renta en el último trimestre. En 2010, en cambio, se ha producido un brusco descenso en esos porcentajes, acercandose a los niveles que venían siendo habituales antes de la crisis, si bien no alcanzándolos totalmente (solían estar entre el 10% y el 12%, frente al 13% de 2010).
Hay que buscar los motivos de la reducción del ahorro en la disminución de la renta disponible bruta, que cayó el 1,8% anual, y en el aumento del gasto en el consumo final, que se incrementó el 4%. El ahorro total generado por los hogares y las ISFLSH alcanzó los 93.191 millones de euros, lo que unido a un saldo positivo de 6.748 millones en las transferencias netas de capital percibidas, permitió financiar un flujo de inversión que llegó a 57.790 millones de euros el año pasado, el 12,5% menos que en 2009. La capacidad de financiación de los ahorros alcanzó así los 42.149 millones de euros, el equivalente al 4% del PIB.
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