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viernes, 1 de abril de 2011

Alto riesgo en el Barça


Al Barça le aguarda mañana la prueba del algodón en El Madrigal, una cita crucial en el último tramo de la Liga -quedan nueve jornadas- antes del clásico del Bernabéu, tanto por las exigencias del Villarreal como por las limitaciones del equipo azulgrana, líder con cinco puntos sobre el Madrid. La gestión del encuentro se presenta especialmente dificultosa para Guardiola por la situación coyuntural -las bajas- y estructural, sobre todo porque el técnico prefiere manejarse con una plantilla corta y sin jugadores egoístas que con un grupo numeroso y de registros varios. Hay quien lo considera un día vital para chequear la política azulgrana.

Los números invitan a una doble lectura en el Camp Nou. Finalista de la Copa y cuartofinalista en la Champions, el Barcelona suma más puntos (78) que en la temporada anterior (74) y que la del triplete (72), primera de Guardiola. Ocurre que a diferencia de los dos ejercicios anteriores, el Madrid compite en los tres frentes y se recuerda que con Capello en el banquillo y el gol average a favor le recortó cinco puntos en las 10 últimas jornadas al equipo de Rijkaard en la Liga 2006-2007.

La rivalidad aconseja la moderación en el vestuario, norma del equipo de Guardiola y, a cambio, ha fomentado un optimismo sorprendente en la directiva. Ayer, en un acto a favor de la campaña Envía el hambre a la porra, el presidente Sandro Rosell pronosticó un 5-0 a favor del Barça en la final de Copa con el Madrid -"por no perder la costumbre"-, apuesta que contrarió a los jugadores y cuerpo técnico azulgrana. A los futbolistas les disgusta mucho la situación que se genera alrededor del equipo. "Parece que ya hayamos ganado los títulos, de manera que si dejamos de conquistar alguno será como si los descontáramos", se quejó uno de los capitanes. "No nos podemos crear una presión añadida y menos ante la calidad del Madrid".

Antes del duelo con el Madrid en la Liga (16 abril) y en la Copa (20 de abril), el Barça jugará mañana en Vila-real y el próximo sábado (9) recibirá al Almería. Y el encuentro de El Madrigal se prevé dificultoso para los azulgrana a pesar de que Garrido nunca ganó al equipo de Guardiola. El Barça no estaba en su mejor forma antes del parón provocado por los partidos de selecciones: había anotado solo cinco goles en cuatro partidos y Villa encadenó cinco encuentros sin marcar por cuatro de Messi. A los barcelonistas, además, les suele afectar el virus FIFA: perdieron con el Hércules, empataron con el Sporting y ganaron en Almería y al Valencia. La estadística asegura que ha sumado el 58% de los puntos (23 puntos de 39) después de los compromisos de los equipos nacionales.

El cansancio de los internacionales avalaría las rotaciones. El problema es que a Guardiola le quedan pocas variantes por la sanción de Xavi, las lesiones de Puyol y Abidal y las dudas de Messi, Pedro, Maxwell y Bojan. Examinado ayer, Messi no sufre ninguna lesión sino fatiga muscular, producto de la mucha tralla: 41 partidos sobre 47 (45 goles) en el Barça y cuatro sobre cinco (dos tantos) con Argentina después que el martes no se alineara ante Costa Rica. El panorama todavía se complica más si se tiene en cuenta que hasta cuatro jugadores están a una tarjeta de la suspensión: Valdés, Messi, Mascherano y Busquets. Y puede que el técnico apueste por alinear a los cuatro en Vila-real.

La duda está en el central que acompañará a Piqué, una elección que se presume capital si se tiene en cuenta que los dos delanteros del Villarreal han marcado el 75% de los goles de su equipo: 15 totaliza Rossi y 11 Nilmar. Ambos son rápidos y atacan bien el espacio, difíciles de defender. Guardiola tiene la opción de Milito -tan experto como fuera de forma- o Fontàs -medio centro últimamente en el filial- o recurrir a Busquets y dar entrada a Mascherano como pivote. La elección es tan complicada como dar con el sustituto de Xavi: Iniesta ejercería inicialmente de volante derecho para que entrara Keita como zurdo. Y, finalmente, Afellay se presentan como las alternativas para Pedro, Bojan y Messi. Así que habrá cambios por necesidad en todas las líneas y, por tanto, el Barça no podrá alinear su once titular en un partido que demanda precisamente la mejor formación.


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