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sábado, 16 de abril de 2011

Japón admite que 28 'héroes' de Fukushima han recibido altas dosis de radiación

Japón ha reconocido ante la Agencia Atómica de la ONU que 28 de los trabajadores que permanecen en las labores de mantenimiento y reparación de la central nuclear de Fukushima han recibido altas dosis de radiación.

De las 300 personas que trabajan en el lugar, azotado por un fuerte terremoto primero y un tsunami posteriormente, ese grupo de 28 han recibido más de 100 milisieverts (mSv). Aún así, y como aseguran las autoridades niponas "ningún trabajador ha recibido una dosis por encima del valor guía de Japón de 250 mSv que limita, según el Ministerio de Sanidad, la presencia de los trabajadores de emergencia". La dosis media de un trabajador de la central nuclear es de 50 milisieverts.

El mes pasado, dos trabajadores fueron evacuados después de recibir una radicación de hasta 180 milisieverts en los pies, lo que les produjo quemaduras y su ingreso. En total, más de 15 personas han sido hospitalizadas a causa directa de la radiación de la central.

Por otra parte, las autoridades sanitarias del país también contemplan otro tipo de medida, en este caso preventiva: recoger muestras de sangre de los trabajadores de la planta nuclear para que puedan contar con una fuente de células madres propias con las que poder reconstruir su médula espinal en el caso de que la radiación les haga necesitar algún tipo de trasplante en el futuro.

El trabajo de los 'héroes'

Pese a que la gravedad de la crisis de Fukushima se ha equiparado ya con la de Chernóbyl, considerado peor desastre nuclear de la historia, no consta que haya muerto nadie a causa de la radiactividad. Sin embargo, el mundo mira con admiración la tarea de las decenas de personas que trabajan en la central.

La mayoría son jubilados o con edades próximas a la jubilación. Normalmente, en casos de emergencia nuclear, las compañías acuden a sus trabajadores jubilados como voluntarios.

En el caso de Fukushima son los propios ex empleados los que se han ofrecido como voluntarios. No se les reclama porque sean más prescindibles o más preparados que los jóvenes. Si no que si tienen que estar expuestos a fuertes cantidades de radiación, estos trabajadores están más próximos a una edad de morir lo que dificultaría la aparición de cánceres que tardan décadas en desarrollarse.

Estos hombres entran con trajes protectores, máscaras y en algunos casos bombonas de oxígeno Sus trajes de protección y gorros repelen la radiación pero no así las partículas radiactivas invisibles.

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