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domingo, 3 de abril de 2011

INNOVADORES | Alimentación Patatas clasificadas al milímetro

Los nuevos hábitos alimentarios de la sociedad exigen la disponibilidad del consumo de patatas clasificadas por su calidad. Los tradicionales métodos basados en la inspección ocular de los técnicos no hacen posible un control exhaustivo del tubérculo de una manera objetiva y sin depender del criterio subjetivo del visionado de los operarios.

La cooperativa vasca Udapa ha dado un paso adelante en este ámbito al poner en marcha en su planta de Vitoria dos innovadoras máquinas de visión artificial que permiten seleccionar las patatas con una gran precisión y a una gran velocidad. El pionero sistema incorpora cámaras capaces de realizar una media de treinta imágenes al segundo que posibilitan detectar las unidades más deterioradas para poder separarlas antes del envasado.

La tecnología de visión artificial implantada por esta cooperativa permite clasificar cada una de los tubérculos, emitiendo unas 20 fotografías al instante, que posibilita detectar las patatas más deterioradas para poder separarlas de las que presentan una mejor calidad durante el proceso productivo.

Un novedoso sistema de visualización de productos agroalimentarios que la firma alavesa Udapa, con sede en el polígono industrial de Júndiz, comenzó a plantearse en 2008 tras un largo periplo por varios países europeos, donde esta maquinaria ya gozada de una gran implantación. "Vimos que en España no existía una tecnología tan avanzada y por ello, nos pusimos en contacto con varias empresas europeas que ya la empleaban para poder adquirir esta tecnología pionera", explica Koldo López de Robles, responsable de Calidad de Udapa y coordinador del proyecto en la cooperativa vasca.

La vinculación de esta cooperativa con la innovación, sin embargo, viene de lejos. Fue en 1993 cuando al ver al luz esta empresa -especializada en la producción y distribución de patata en el territorio alavés- introdujo su primer producto diferenciado. "Empezamos ofreciendo el primer tubérculo lavado y en un pequeño formato para las grandes superficies, cuando antes se fabricaba la patata a granel y se vendía en cantidades industriales".

Fruto de esta primera incursión innovadora, la aplicación de tecnologías punteras en la selección de las patatas se ha convertido en el siguiente logro de esta emprendedora cooperativa. "Apostamos hace dos años por implantar dos máquinas modernas; la primera ofrece una selección más fina, mientras que la segunda puede producir más cantidad de patata", describe López de Robles. "Somos la primera empresa en Euskadi y España que pone en la práctica este tipo de maquinaria para clasificar y separar los tubérculos deteriorados".

Para lograr esta selección automatizada del producto de máxima calidad, antes debe completarse varios pasos. El primero tiene que ver con la recepción de las patatas procedentes de las explotaciones agrícolas, en la sede de la fábrica alavesa. Un momento clave en el que se procede a la aplicación de los controles de calidad pertinentes. "En esta fase previa los tubérculos se califican a las referencias a las que irán destinadas". Una vez pasan estos controles, las patatas se almacenan en cámaras frigoríficas para después procesarse en un lavado minucioso. "Esta operación posibilita a las máquinas de visión artificial poder distinguir ópticamente los defectos que presenta la superficie del producto", detalla López de Robles.

Tras este periodo primigenio, los tubérculos van a parar a las máquinas ópticas, donde "son alineadas individualmente y son identificadas una a una por potentes canales vibratorios y dispositivos denominados fotocélulas, ubicadas en la parte frontal de las máquinas de visión artificial", indican. La siguiente fase se desarrolla en el interior del aparato en el que tiene lugar la operación de visión artificial que dispone de tres cámaras digitales que proyectan una media de entre 20 y 30 fotografías al segundo sobre la superficie o peladura de la patata para identificar posibles deterioros en el tubérculo.

Las imágenes captadas por estos dispositivos son interpretadas por un mapa de colores insertados en el programa de la propia máquina y que ha sido configurados previamente por los técnicos de Udapa. "Estos mapas se basan en parámetros elaborados por técnicos calificados del departamento de I+D", indican desde el equipo responsable del desarrollo de esta tecnología que cifran en más de treinta cámaras las que "están disponibles contando ambas máquinas para efectuar la selección óptica".

Uno de los aspectos más ventajosos de este sistema radica en la capacidad de análisis del número de tubérculos que aporta la maquinaria pionera. "El dispositivo puede fotografiar 35 toneladas de patatas a la hora", destacan. Una vez finalizado el proceso de selección llevado a cabo por la máquina de visión artificial, son los parámetros de calidad los que entran en juego. Es decir, en función de los criterios visuales establecidos por ambos lectores ópticos desarrollados en la planta, estos son empleados para "marcar la calidad final" de los tubérculos que serán presentados a sus clientes.

En total son tres parámetros los que sirven para discriminar las patatas elaboradas en la planta y dirigirlas a diferentes sectores. "El primero vale para descartar los tubérculos con mayores defectos que va destinado a animales y presentan cortes más profundos, un color más verde o incluso pueden estar podridos", enumera López de Robles. Un segundo grupo de patatas se asocia a deterioros más leves en la estructura del tubérculo y estará destinado al mercado industrial o de un precio más bajo. Finalmente, el grueso más amplio de la producción seleccionada irá a parar al denominado producto de primera calidad que podrá abastecer a las grandes superficies, siendo el grupo Eroski su principal cliente.

"En este momento se somete a una inspección visual para revisar aquellos defectos pequeños que hayan podido pasar de desapercibidos por la máquina de visión artificial, quedando así validadas ya para ser envasadas en perfecto estado", subraya el responsable de calidad de la empresa.

Entre las principales ventajas que aporta esta máquina de visión artificial destaca su elevado nivel de precisión. No en vano, la maquinaria puede identificar hasta en un 95% de acierto las patatas que se encuentren deterioradas o en mal estado, según explican los responsables, dejando así sólo en "un 5% el margen de error de esta innovadora tecnología".

Junto a este beneficio práctico se une la "objetividad y la estandarización" que aporta el sistema a la hora de clasificar los tubérculos de calidad en la selección del producto antes de ser envasados. "Se trata de una selección automatizada que permite la reducción no sólo del tiempo invertido en una operación que antes se realizaba manualmente sino también posibilita una rebaja de la mano de obra empleada para esta labor", subraya el responsable.

El objetivo de esta cooperativa es no quedarse atrás en la aplicación de innovadoras tecnologías. Su siguiente paso será actualizar estos sistemas de separación con tecnología de última generación. En paralelo a la aplicación de máquinas de visión artificial a la elaboración y envasado de tubérculos, Udapa ha apostado firmemente por automatizar todo su cadena productiva. "Nuestros fin es que junto a los beneficios que aporta la selección óptica poder incorporar una mecanización continua de los procesos de envasado o el pesado de las patatas", resume López de Robles.

Las principales ventajas que ofrece este sistema automatizado se orientan a la incorporación de mano de obra cualificada para el dominio de esta puntera tecnología. "Hemos contado con expertos con mayor preparación tanto en el área de mantenimiento o de calidad o en el control del proceso", señalan los responsables del proyecto quienes además añaden que es una tecnología que "elimina el criterio subjetivo y aporta parámetros más medibles que lo que puede dar la inspección humana".

Entre los sectores profesionales que abastece la cooperativa Udapa a través de esta innovadora tecnología destaca el "gremio agroalimentario, el sector industrial o el procesado de todo tipo de tubérculo, tanto para tortillas de patata como para los platos precocinados en conserva", concluye el responsable de calidad.

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