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martes, 26 de octubre de 2010

La sombra de la tortura planea también sobre el Ejército británico


El Ejército británico podría haber empleado técnicas de tortura en sus interrogatorios, según revela el diario británico 'The Guardian'.

El rotativo ha tenido acceso a varios documentos elaborados en secreto, en los que se explican con detalle algunos métodos para conseguir información de los detenidos, unas prácticas que violarían las convenciones de Ginebra, que prohíben cualquier "coacción física o moral", sobre todo cuando ésta se usa para obtener información.

Estas revelaciones se producen después de que Wikileaks hiciera público el pasado fin de semana documentos clasificados sobre la contienda iraquí con detalles de torturas, ejecuciones sumarias y crímenes de guerra cometidos por el Ejército norteamericano.

En el material dado a conocer este martes por el diario británico, y elaborado en secreto por el Ejército británico, se dan instrucciones a los interrogadores sobre las prácticas que deben utilizar. Así se dice que el objetivo que se persigue es el de provocar "humillación,inseguridad, deorientación y agotamiento en el interrogado hasta llevarlo a un estado de ansiedad, terro y miedo", al mismo tiempo que sugieren el modo para lograrlo.

Así, en un documento elaborado en septiembre de 2006, se afirma que hay que desnudar a los prisioneros antes de comenzar los interrogatorios y sugiere el uso de vendas para poner a los interrogados bajo presión.

En otro manual dirigido a los interrogadores, preparado en abril de 2008, se afirma que los prisioneros deben ser retenidos en condiciones de malestar físico así como intimidados. La privación sensorial es legal, sostiene el documento, siempre que existan "motivos operacionales válidos".

Otras instrucciones más recientes indican que las vendas para los ojos, los tapones en los oídos y las esposas para maniatar a los presos son instrumentos esenciales en los interrogatorios militares y señala que a los prisioneros sólo deben permitírseles cuatro horas de sueño ininterrumpido aunque puedan descansar hasta ocho horas al día.

Coerción física o moral

Las convenciones de Ginebra sobre el trato que debe dispensarse a los prisioneros de guerra prohíben toda "coerción física o moral" y en particular las destinadas a obtener informaciones.

Todo el material secreto para el entrenamiento de las tropas británicas en técnicas de interrogatorio data de después de la muerte de Baha Mousa, recepcionista de un hotel iraquí torturado y muerto por las tropas británicas en Basora en septiembre de 2003.

El mes pasado, el diario 'The Guardian' informó de que militares británicos eran sospechosos de responsabilidad en el homicidio de civiles iraquíes además de Mousa.

Entre las víctimas figuraba un hombre que murió supuestamente de las patadas que le propinaron a bordo de un helicóptero de la Royal Air Froce británica, un segundo varón muerto por los disparos de un soldado británico tras un accidente de tráfico y un joven de 19 años que se ahogó en un río al que le arrojaron supuestamente soldados del cuerpo de Royal Engineers.

El mes próximo, un grupo de abogados que representan a más de un centenar de iraquíes detenidos e interrogados por las fuerzas británicas entre marzo de 2003 y abril de 2007 argüirán que hay pruebas muy fidedignas de que fueron objeto de torturas sistemáticas.

Las denuncias, documentadas por un equipo de abogados encabezado por Phil Shiner, incluyen 59 casos de encapuchamiento, once de aplicación de electroshocks, 122 de privación del sentido del oído mediante aplicación de tapones, 52 de privación de sueño, 131 casos de vendaje de los ojos, 39 de desnudamiento y 18 de exposición a DVD pornográficos para mantener despiertos a los prisioneros. EFE

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