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lunes, 30 de agosto de 2010

FENIX 3 - NACIONAL 0

Los primeros hinchas de Nacional que ni bien terminó el partido ganaban la calle por las puertas del Parque Central que dan hacia Carlos Anaya salían sin chistar ni quejarse contra nadie.

El Arq. Daniel Majic, de la Comisión de Obras del gran estadio, por ejemplo, apenas alcanzó a preguntarse: "¿El primer gol no habrá sido offside en el arranque?"; pero al instante agregó: "Igual... no da para nada".

Es que Fénix fue mortífero. Impactante; porque, si acaso, creó la mitad de las jugadas de gol que en el partido anterior de los tricolores fabricó Wanderers, pero no erró tanto como los bohemios, sino que pasó lo contrario: llegadas que podrían haber sido inocuas, como las de los centros previos al primer y el segundo gol, las pasó en limpio con dos golazos espectaculares y, además, aniquiladores, determinantes.

Porque hasta ahí, cuando el segundo tiempo empezaba a caminar sin andador, si bien el trámite había sido de ida y vuelta en varios pasajes, al extremo de que hubo remates en el travesaño y grandes atajadas de ambas partes, Nacional fue más "cargoso", más insinuante; y si no se puso en ventaja, en parte pudo ser porque le faltó agresividad y puntería en el área contraria, pero también porque a espaldas de un rival defensivamente compacto, que trabajó con 9 jugadores de campo en la recuperación de la pelota cuando estuvo en poder del contrario, más que un arquero, hubo un gato, ágil, extraordinario.

Además, Fénix defendió más cerrado que Wanderers, dejando venir a Nacional con un 4-2-3-1, que llevó a que el local desnudara sus armas ofensivas actuales.

Esto es: Mauricio Pereyra es el eje casi único que distribuye el juego y profundiza el ataque, pero así el equipo se vuelve controlable; cuando el "Mauri" sacó el balón hacia afuera, Nacional creó peligro, con las subidas de Núñez y Rodríguez por los laterales, pero cuando Fénix tapó esos flancos, con Pereyra llevando la batuta por el medio, los tricolores se hicieron más anunciados. Reaccionaron al entrar Porta, jugando con 3 atacantes; pero era tarde: en el área rival, Fénix ya había hecho "la" diferencia. Tanta, que los "bolsos" salieron mudos, shockeados, hacia la calle.

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