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lunes, 30 de agosto de 2010

Chile prepara un 'plan B' de rescate a los mineros

Los técnicos chilenos preparan un plan B para acelerar el rescate de los 33 mineros atrapados desde el pasado 5 de agosto en la mina San José. El proyecto consiste en ensanchar una de las tres sondas que actualmente comunican el refugio donde se encuentran los trabajadores, a 700 metros de profundidad, con la superficie. Con esta alternativa, los ingenieros esperan reducir el plazo previsto para el rescate, fijado entre tres y cuatro meses.

Se trata de una de las 10 opciones que el Gobierno de Chile maneja para salvar a los mineros. La primera, que está en marcha, consiste en practicar un agujero de unos 66 centímetros de diámetro con un gran perforadora. Esta máquina iba a comenzar anoche a trabajar, pero sufrió un retraso de 12 horas ante la avería que registró el avión encargado de trasladar una pieza desde Alemania.

El nuevo plan utilizaría uno de los tres agujeros de 12 centímetros, o sondas, practicados en la mina. Por uno se envía comida, agua y medicamentos a los mineros atrapados; por el otro, oxígeno, cartas, cables de teléfonos y demás materiales. El tercer agujero aún no ha sido encamisado, no hay un tubo que lo recorra en toda su extensión, y no se ha utilizado aún para enviar nada. Será precisamente en esa sonda donde se iniciará el plan B, que consiste en redondear y agrandar el hoyo hasta obtener un diámetro de 30 centímetros. Por ese espacio no cabría un adulto, pero más adelante se evaluaría si es posible ensancharlo más para realizar el rescate de forma más rápida.

"El escariaje [ensanche] de ese tercer sondaje, al que hemos llamado La mano de Dios, comenzaría este fin de semana", explicó el ministro de Minas, Laurence Golborne. "Por ahí podríamos enviar objetos de mayor envergadura. Además, nos daría información sobre el tipo de roca del cerro y sobre eventuales posibilidades de un rescate". Para iniciar las obras se espera la llegada de máquinas que se encuentran en la mina Collahuasi, a unos 1.000 kilómetros de distancia. "Nunca se ha utilizado esa tecnología en un proyecto semejante", añadió Golborne. ¿Podrían provocar algunas de esas acciones otro derrumbe en la mina? "Eso solo Dios lo sabe", contestó ayer el ministro, "pero los ingenieros nos dicen que, en principio, no debiera haber derrumbes".

En cualquier caso, todas las opciones oficiales que estudia el Gobierno chileno sitúan el periodo de rescate entre tres y cuatro meses. Ante las informaciones divulgadas por algún medio que hablaban de un mes, el ministro fue tajante: "No existe tecnología en el mundo que pueda rescatarlos antes de dos meses". Un ingeniero dijo que, si el plan B saliera bien, el tiempo del rescate podría reducirse de cuatro a dos meses.

De momento, los mineros han recibido por uno de los sondajes las camas plegables, unos tubos metálicos y una lona que se ensamblan en el refugio y que les permitirán evitar la humedad del suelo y aliviar las enfermedades de piel. Los psicólogos tenían previsto autorizar ayer la comunicación por teléfono durante un minuto a cada uno de los 33 mineros con un miembro de su familia.

Además, se les están enviando calcetines con hilo de cobre para impedir las infecciones por hongos, un proyector para que disfruten de los partidos de fútbol grabados el domingo, reproductores de música y 33 vasos de cuero con el nombre de cada uno, para jugar a los dados. "Los psicólogos nos han dicho que el objetivo es que hagan una vida como la harían fuera. Y tendrán los cambios de humor que tenemos fuera", indicó el familiar de uno de los atrapados.

A pesar de que se había diagnosticado depresión en cinco de ellos, el ministro de salud, Jaime Mañalich, indicó que en apenas 48 horas se ha registrado una "franca mejoría". Cada día, entre las tres y las cinco de la tarde, los 33 se someten a tres inspecciones. La primera es médica: el minero con mayores conocimientos de enfermería, Yonny Barrios, comunica todos los datos clínicos de sus compañeros; después un psicólogo habla con cada uno; por último, los ingenieros les preguntan sobre cuestiones técnicas relativas a la mina. Cada uno de los 33 recibe dos tubos al día de unos dos metros de longitud con alimentos, medicina, cartas y vídeos de sus familiares.

Los rescatadores preparan el rodaje de otro vídeo en el que los 33 se presentarán ante la cámara con la ropa que se les ha enviado y mostrarán mejor aspecto.

Mientras los psicólogos continúan con su trabajo de levantar el ánimo a los atrapados, arriba, en el campamento de la Esperanza, también abundan las técnicas de animación. Ayer, actuó el cantante chileno Roberto Bravo; el sábado, el grupo Inti Illimani; el día anterior, una banda de rock que cantaba canciones religiosas. Varios payasos visitan cada tarde a los niños mientras siguen llegando alimentos, ropas y juguetes donados desde todas partes del país. Los taxis, en sus ventanas, llevan pintado: "Fuerza para nuestros hermanos mineros". De vez en cuando, soplan aires de optimismo en el desierto de Atacama.


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