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jueves, 20 de mayo de 2010

Uribe critica la liberalización de las drogas porque le da menos ganancia

Han pasado seis meses desde que el Congreso adoptó el proyecto de ley de reforma constitucional que ilegaliza el consumo de droga en Colombia. Y el discurso con el que el presidente colombiano, Álvaro Uribe, criticó ayer las políticas de liberalización tenía el vigor de quien aún intenta convencer. "En nuestro país hubo permisividad durante 15 años, y eso demostró que no es cierto aquello que dicen los amigos de la legalización de que si se legaliza el consumo se acaba el uso criminal", dijo ayer Uribe en un acto en Madrid.

"Cuando se legaliza el consumo, la lucha contra la producción y el tráfico se vuelve estéril", aseguró el presidente. Uribe recordó cómo, durante mucho tiempo, se creyó que Colombia solo sería un país de tráfico que nunca llegaría a ser productor ni consumidor. "Luego aparecieron las primeras 5.000 hectáreas sembradas de coca" y "esto creció geométricamente". Según el mandatario, en Colombia llegó a haber 400.000 hectáreas dedicadas al cultivo de coca, aunque ahora hay unas 68.000. Pero el crecimiento no solo afectó a las superficies cultivadas. También se alimentó el mercado interno. Uribe recordó que hay en este momento 370.000 adictos (el 0,86% de los casi 43 millones de habitantes) y 1,6 millones de ciudadanos que declaran haber consumido algún tipo de droga.

La subida del consumo interno trajo, según Uribe, el aumento de la criminalidad, "ya que muchos jóvenes se pusieron a distribuir droga". El presidente relacionó "el microtráfico" con el aumento de asesinatos "que, a pesar del mejoramiento de las condiciones de seguridad, se siguen cometiendo".

Uribe no solo habló de crímenes contra las personas. También recordó el daño que la producción de droga ha causado al medio ambiente y la amenaza que representa para la biodiversidad. "La producción de droga ha destruido en los últimos años dos millones de hectáreas de selva", explicó, rodeado por cuadros dedicados a las especies en vías de extinción que adornan desde ayer la Embajada de Colombia en Madrid. Las obras, realizadas y donadas por artistas españoles y colombianos, forman parte de la campaña Todos somos la madre Tierra, promocionada por la Fundación RenaSer para alertar contra la acelerada pérdida de biodiversidad que el país sufre. Según RenaSer, el narcotráfico arrasa cada año 300.000 hectáreas de bosque en un país que atesora el 10% de la biodiversidad mundial.

Uribe recordó que las autoridades tuvieron que fumigar algunos cultivos para eliminarlos, pero que también se ha introducido la erradicación manual de las plantas. Algo positivo para el medio ambiente, pero complicado, ya que los narcotraficantes colocan minas antipersona en los campos.


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