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sábado, 15 de mayo de 2010

Un año sin Benedetti, militante de la palabra y el cambio social


El deceso del paradigmático escritor provocó una honda conmoción en la sociedad uruguaya en su conjunto y tuvo una fuerte repercusión internacional, particularmente en España, donde residió durante su prolongado exilio político.

En nuestro país el gobierno decretó duelo nacional para honrar la memoria de uno de los escritores más descollantes e influyentes de habla castellana de la era contemporánea.

Una auténtica multitud acudió al Salón de los Pasos Perdidos del Palacio Legislativo, donde se desarrolló el velatorio, incluyendo a personajes de la cultura, la política y funcionarios diplomáticos. El cortejo fúnebre fue acompañado por miles de personas ­entre ellas el actual presidente de la República, José "Pepe" Mujica­, quienes despidieron al emblemático creador con claveles y bolígrafos.

"Hoy enterramos a un gran escritor y, sobre todo, a un hombre bueno", afirmó el director de Cultura del Ministerio de Educación y Cultura, Hugo Achugar, durante el acto de sepelio.

Versos del alma

El cantautor Daniel Viglietti ­ entrañable amigo y compañero artístico de Benedetti­ afirmó: "Nos quedamos sin Mario, pero su pluma nos deja el alma llena de versos sencillos, sencillos en la altura como aquellos del cubano José Martí que él tanto admiraba".

Con más de ochenta libros publicados, Benedetti fue admirado tanto dentro como fuera de fronteras, donde cosechó un sólido prestigio y numerosos galardones y distinciones, en reconocimiento a su descollante aporte a las letras castellanas.

Benedetti fue un retratista por antonomasia que interpretó, como pocos, el espíritu de la idiosincrasia uruguaya, con una mirada que excedió claramente los marcos geográficos y culturales de nuestra pequeña comarca.

La universalidad de sus temas y abordajes erigió a su obra en una suerte de catálogo, que atesoró el sentir, la pasión y los sueños de un país que comparte las mismas vicisitudes que sus hermanos latinoamericanos.

Mario Orlando Hamlet Brenno Benedetti Forugia nació el 14 de setiembre de 1920 en Paso de los Toros, departamento de Tacuarembó. Su familia se trasladó a Montevideo cuando el futuro poeta tenía apenas cuatro años.

Cursó estudios primarios en el Colegio Alemán, iniciando prematuramente un periplo que fusionó la experiencia con la palabra, ejes de su vasta producción literaria.

A los 14 años de edad debió abandonar sus estudios secundarios para comenzar a trabajar en una casa de repuestos de automóviles.

También fue taquígrafo, cajero, traductor y funcionario público.

Ese contacto temprano con el trabajo le permitió conocer a fondo diversos ambientes, particularmente el mundo bastante gris de las oficinas, materia prima que nutrió su obra de los primeros tiempos.

Entre 1938 y 1941 residió en Buenos Aires y, mientras se afirmaba su vocación literaria, desarrolló actividades ajenas a su pasión por la escritura.

En 1945, ya de regreso en Montevideo, publicó su primer libro de poemas, "La víspera indeleble", que él mismo consideraba como un experimento carente de mayor relevancia.

Su pasión por el periodismo le permitió ingresar al emblemático semanario "Marcha", donde se formó junto a Carlos Quijano y otros referentes de la denominada generación del 45. Su vínculo con dicha publicación independiente terminó en 1974, cuando la dictadura cívico militar concretó su cierre definitivo, en el marco de su operativo de arrasamiento de las instituciones y las voces opositoras.

Benedetti se casó con Luz López Alegre, con quien compartió casi toda su vida, pese a las exigencias del trabajo y su prematuro compromiso con las ideas de izquierda.

En 1948 dirigió la revista literaria "Marginalia" y ese mismo año publicó el volumen de ensayos "Peripecias y novelas", que fue marcando su itinerario creativo.

Un año después integró el consejo de redacción de la revista "Número", una de las publicaciones culturales más importantes de la época, cuya primera etapa se extendió hasta 1955.

Con "Quién de nosotros" (1953) y "Poemas de la oficina" (1956), el autor inauguró una nueva veta temática, hasta entonces no transitada por el género poético.

En 1957 el escritor viajó por primera vez a Europa, visitando nueve países en su calidad de corresponsal de "Marcha" y "El Diario". También visitó Estados Unidos en 1959, donde recogió una valiosa experiencia que afirmó su condición de militante contra el imperialismo.

La publicación de "Cuentos montevideanos" fue uno de los sustentos de su concepción narrativa urbana, que ya ingresaba, con mayor profundidad, en la conciencia de un país enfrentado a una traumática crisis de identidad.

Un libro referente de su producción, que se considera clave en la impronta crítica del autor, es "El país de la cola de paja".

Sin embargo, recién con la edición de "La tregua" -su novela más difundida y aclamada­ Benedetti comenzó a ingresar en el corazón de miles de lectores de todas las edades.

Su obra poética de la época se sintetiza en dos títulos referentes: "Poesías del hoy por hoy" y la primera edición de "Inventarios", que condensa textos concebidos en el período 1950-1958.

Poco después de publicar "Gracias por el fuego", viajó por primera vez a La Habana para participar, en calidad de jurado, en el concurso literario de Casa de las Américas. El escritor vivió durante un año en la capital cubana, adonde regresó reiteradamente y residió en calidad de exiliado político.

A su intensa actividad literaria y periodística, el poeta sumó su cada vez más intensa militancia partidaria, que le llevó a ser cofundador del Frente Amplio en los albores de 1971.

Ese mismo año publicó "El cumpleaños de Juan Angel" y fue designado director del Departamento de Literatura Hispanoamericana de la Facultad de Humanidades.

Su compromiso con la izquierda, que condensó siempre en sus textos, lo expuso a las represalias de la dictadura, que censuró y prohibió su obra y lo proscribió y persiguió personalmente.

Vientos del exilio

A raíz de esta situación, se exilió inicialmente en Buenos Aires. Su libro "El escritor latinoamericano y la revolución posible" (1974) marcó a fuego su papel de inclaudicable opositor a los gobiernos autoritarios instalados en el continente.

Amenazado por la ultraderechista Alianza Anticomunista Argentina (Triple A), partió rumbo a Perú, donde fue rápidamente deportado. En esas circunstancias, regresó a Cuba como refugiado.

Sin embargo, pese a la lejanía de su patria natal, Benedetti siguió escribiendo y publicando: "Con y sin nostalgias", "La casa y el ladrillo", "Pedro y el capitán" y "Cotidianas".

En 1980, ya en Palmas de Mallorca, comenzó a concebir "Primavera con una esquina rota", que vio la luz dos años después.

La aparición de "Vientos del exilio" (1981) retrató elocuentemente el perfil eminentemente nostálgico de un intelectual que, pese a añorar a su país, nunca abdicó de su papel de fuerte opositor al gobierno autoritario que detentaba el poder en nuestro Uruguay.

Tras regresar a nuestro país en tiempos de restauración democrática, escribió artículos periodísticos para el semanario "Brecha" y sus principales obras fueron publicadas por LA REPUBLICA.

Su itinerario creativo prosiguió durante la década de los 80, con la publicación de sus "Cuentos completos" (1986) y "Yesterday y mañana" (1989).

En la década de los 90 apareció otra recopilación de "Cuentos completos", el conjunto de ensayos "El ejercicio del criterio" y el libro de poesías "El olvido está lleno de memoria".

Pese a sus crecientes problemas de salud y al doloroso luto derivado de la muerte de su gran amor, jamás dejó de crear, editando casi un libro por año. Su último título, "Testigo de uno mismo", data de mediados de 2008, apenas un año antes de su muerte.

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