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sábado, 15 de mayo de 2010

Obama critica el 'ridículo espectáculo' de las compañías implicadas en el vertido

El presidente Obama ha criticado abiertamente el "ridículo espectáculo" de las tres compañías implicadas en el vertido de petróleo del Golfo de México. "Ahí tuvimos a los ejecutivos de BP, Transocean y Halliburton, apuntándose con el dedo y culpándose los unos de a los otros", dijo Obama, en referencia directa a la comparecencia de esta semana en el Senado. "Todas las partes deberían estar dispuestas a asumir responsabilidad", agregó.

Durante una breve y tensa intervención en los jardines de la Casa Blanca, el presidente ha fruncido el ceño y ha admitido su «profunda frustración» por la incapacidad de BP para contener el vertido al cabo de más de tres semanas... "Lo que realmente importa aquí es que el petróleo sigue saliendo, y que necesitamos pararlo lo antes posible".

Obama ha lanzado también su dedo acusador contra el Servicio de Gestión Minera (MMS), en respuesta a las nuevas revelaciones sobre los permisos para perforar que recibió BP sin haber evaluado el impacto ambiental de sus operaciones en el Golfo de México.

"Durante mucho tiempo, una década o más, ha existido una relación "íntima" entre las compañías de petróleo y la agencia federal que les permite perforar", admitió el presidente. "Parece que los permisos se dieron muchas veces en base a poco más que las promesas de seguridad que daban las compañías".

Obama no ocultó tampoco su contrariedad por el fracaso de todos los métodos intentados hasta la fecha por BP para contener el vertido. Tras el fracaso de la primera campana de contención, la compañía británica ha anunciado ahora que intentará insertar una tubería de petróleo en el pozo para bombear el crudo a la superficie.

Una larga decena de científicos ha advertido entre tanto que la cantidad de petróleo vertida en el Golfo de México puede ser hasta diez veces mayor que los 5.000 barriles diarios (el equivalente a 800.000 litros) reconocido hasta ahora por la Guardia Costera y por la propia compañía.

"No hay manera de calcular exactamente el petróleo que sale del pozo", aseguró el portavoz de BP, Bill Savin. "Todos nuestros esfuerzos se están concentrando en intentar contener el vertido", puntualizó.

"Me preocupa que estemos subestimando la mancha y que eso comprometa nuestra capacidad de acción", ha advertido por su parte el congresista Edward Markey, que ha pedido a la agencias federales que intervengan más directamente en la evaluación y en el control del vertido.

'Mea culpa'

Asimismo, Obama indicó que el Gobierno también comparte parte de la culpa en el desastre por haber tolerado durante demasiado tiempo la "cómoda relación" entre las petroleras y los organismos reguladores.

Esa relación, indicó, permitió que se emitieran licencias a las petroleras sin las salvaguardas necesarias, y basándose tan sólo en las promesas de las compañías de utilizar métodos seguros. A partir de ahora, aseguró, la norma para emitir las licencias de perforación será "confiar pero comprobar".

"He visto con mis propios ojos la ira y la frustración de nuestros conciudadanos en la costa" del Golfo afectada por el derrame, que visitó el pasado día 2. "Déjenme decirles que es una ira y una frustración que comparto como presidente", subrayó.

Obama indicó que ahora mismo la prioridad principal es taponar el escape que se produce a más de 1.500 metros de profundidad.

Según los científicos gubernamentales, el derrame causado tras la explosión y hundimiento de la plataforma "Deepwater Horizon", explotada por BP, vierte al mar cerca de 5.000 barriles de petróleo al día, aunque algunos medios han apuntado que la cifra puede ser muy superior.

Soluciones

El comandante del Servicio de Guardacostas Thad Allen indicó en una rueda de prensa que se trata de "un acontecimiento sin precedentes". El crudo, al manar, se extiende por una zona muy amplia y "no hay acceso humano posible al punto en que brota", por encontrarse a demasiada profundidad, explicó Allen.

Ante el fracaso hasta el momento de todos los intentos por taponar el pozo averiado, BP intenta ahora conectar, mediante robots submarinos, un tubo que permita trasvasar el crudo a un buque petrolero en la superficie del mar.

En sus declaraciones hoy, Obama admitió que no se conoce con seguridad cuánto crudo mana diariamente del pozo, pero subrayó que el Gobierno está preparado para enfrentarse a "una situación catastrófica" si se llega a ello.

Si fracasan los intentos actuales, podría tardarse hasta noventa días en perforar una nueva abertura al pozo, que supondría la solución definitiva.

El presidente estadounidense insistió en que resolver la situación requiere "esfuerzos incansables", a la vista de la "devastación potencial" que podría ocurrir si el crudo continúa fluyendo sin freno.

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