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lunes, 12 de abril de 2010

Las denuncias por impagos salariales suben el 34%

La falta de liquidez, la morosidad de los clientes o el desplome de las ventas de las empresas está haciendo mella en el pago de las nóminas. El Departamento de Trabajo recibió el año pasado 50.809 reclamaciones que presentaron trabajadores por impago de salarios, finiquitos u otros conceptos como horas extras, aumentos salariales o pluses de antigüedad. La mayoría de estas quejas, que se incrementaron el 34% respecto a 2008, acabaron en los juzgados de lo social, ya que en el 84% de los casos no se alcanzó un acuerdo entre trabajador y empresa o bien esta no compareció en el acto de conciliación.

Los sindicatos denuncian que las compañías se escudan en la falta de liquidez para justificar los impagos y las demoras, e indican que estas se dan mayoritariamente en las pequeñas y medianas empresas. Pero Josep González, presidente de la patronal Pimec, asegura: "teniendo en cuenta que son muchas las empresas que lo están pasando mal a causa de la crisis, las que han recurrido al impago de salarios son pocas". Las que no han tenido otro remedio que retrasar o no pagar las nóminas se han visto obligadas a hacerlo en su mayoría por la falta de crédito, afirma González. Y es que, según agrega el presidente de Pimec, las pymes están sufriendo el "calvario" del cierre del grifo financiero "cuatro veces más" que las grandes empresas.

La primera señal de alerta suele encenderse cuando la siempre esperada paga extra llega con retraso, o simplemente no se cobra. Si el pago que se demora o que no se hace efectivo es la nómina de un mes, y después la del siguiente, entonces todas las alarmas se disparan. Ante esta situación, los sindicatos CC OO y UGT aconsejan a los afectados que denuncien el impago ante la Inspección de Trabajo o ante los juzgados "para que se les reconozca la deuda y acaben cobrándola", aunque sea con demora.

Este retraso puede ser de entre seis meses y un año si el pago debe hacerlo el Fondo de Garantía Salarial (Fogasa), un organismo que según el secretario de Acción Sindical de CC OO, Simón Rosado, en estos momentos está "absolutamente saturado". En los tres primeros meses den este año, Fogasa desembolsó en Cataluña 70,8 millones de euros para pagar salarios o indemnizaciones a trabajadores de empresas en quiebra. En toda España, abonó 293 millones de euros, el 101,4% más que en el mismo periodo de 2009.

El grifo financiero sigue manando con cuentagotas y ello agrava la situación. "Antes de estallar la crisis, si una empresa no tenía liquidez para pagar salarios a final de mes, acudía al banco y solventaba el problema, pero hoy las entidades financieras no dan crédito fácilmente, no se fían de las empresas, ni siquiera cuando éstas pueden justificar que tienen un pedido a punto de cobrar", señala Simón Rosado.

El problema surge cuando la empresa deja de pagar primero un salario, luego el siguiente y así meses y meses, como ha ocurrido con NexGrup, grupo de servicios médicos y de prevención de riesgos laborales cuyos 100 trabajadores no cobran desde hace ya medio año. Muchos de estos casos se dan en empresas sumidas en procesos concursales, como NexGrup, o Tallers Casals, de Ripoll, cuyos trabajadores no han cobrado desde hace dos meses. "Es difícil cuantificar, pero sí podemos asegurar que no cesa el goteo de casos que llegan al sindicato", afirma el dirigente de UGT en Cataluña Camil Ros.

Aun así, los sindicatos también vienen denunciando que algunas empresas usan la crisis como pretexto, cuando, en realidad, el motivo es una mala gestión de la compañía.


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