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jueves, 11 de marzo de 2010

Una falsa víctima del 11-M vive del engaño desde 2004


Una mujer que nunca estuvo en los trenes del 11-M lleva seis años viviendo a costa de las ayudas reservadas a las víctimas de la matanza. En este tiempo, Lorena Candelario ha recibido la nacionalidad española, un piso de titularidad pública, decenas de miles de euros y la Real Encomienda que reconoce a los afectados por terrorismo. La Audiencia Nacional descubrió en 2006 que mentía y fue imputada por simulación de delito, pero ella siguió reclamando -y consiguiendo- esas prebendas.

EL MUNDO ha hablado con distintas personas de su entorno familiar y social que señalan que Lorena, de origen ecuatoriano, "sólo pretendía sacarle un dinerito al Estado". Interior ha puesto el caso en manos de la Abogacía del Estado para intentar recuperar las cantidades que considera defraudadas al erario público. Fuentes de ese Ministerio están convencidas de que se trata de una falsa víctima y añadieron queimpugnarán otros 33 reconocimientos, aunque matizaron que ninguno de ellos es tan escandaloso.

Lorena trabajaba el 11 de marzo de 2004 para la empresa Asispa, destinada a la asistencia domiciliaria de enfermos en Barajas. Aquella tarde, acudió con absoluta normalidad a su puesto, según la propia compañía. El registro del ambulatorio de esa localidad madrileña,en la otra punta de los lugares donde sucedieron los atentados, confirma que fue atendida a las 18.40 horas, 11 después de la matanza. Una vez allí, dijo que viajaba en uno de los trenes, que le dolía el hombro y que tenía temblores. Fuentes sanitarias aseguran que los médicos que la atendieron no encontraron ninguna lesión, ni siquiera dolor en los oídos. No tenía nada.

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