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martes, 2 de marzo de 2010

PEPE: "Patria para todos y con todos"


MUJICA PRESIDENTE. EL PUEBLO FUE PROTAGONISTA

Cierre del acto con fiesta popular al pie de Artigas

Traspaso presidencial y ceremonia atípica.

Postal. Mujica, Lucía, Pepe Guerra y el edecán presidencial.

Postal. Mujica, Lucía, Pepe Guerra y el edecán presidencial.

Tras la formalidad de los actos, "Los Olimareños" interpretaron a "Don José", con la presencia en el escenario, de un emocionado José Mujica y su esposa, junto a otras autoridades.

El público "que de todas partes vienen", vitoreó con alegría al nuevo Presidente, quien se dirigió, desde la Plaza Independencia, cordón de seguridad mediante, a la cena en el Laboratorio Tecnológico del Uruguay.

Tal cual lo expresara el presidente Mujica en su alocución, toda esta formalidad de los actos es necesaria en un marco democrático porque ofrece garantías, pero sin olvidar a los que están abajo.

La colorida fiesta popular fue seguida desde todo el país y el público se hizo eco de las canciones de Los Olimareños, Larbanois Carrero, Agarrate Catalina y Daniel Viglietti.

De esta forma, la celebración de toma de mando fue protagonizada por uruguayos de todas las generaciones, que se vieron reflejadas en las palabras de las autoridades electas.

Un infranqueable Palacio Legislativo cobijó ayer fugaces reuniones políticas, promesas de lealtad en el gobierno y miradas de asombro de propios y extraños ante su arquitectura sin par. Otra vez el Parlamento renovó su crédito con la democracia.

Una vez más y por unas horas, el Palacio Legislativo fue el epicentro político del Uruguay. Con un día que no se podría calcar como aliado climático, fue desde tempranas horas, el mudo escenario de instancias fundamentales en el cambio de gobierno. El Poder Legislativo les ofreció sus instalaciones a los titulares de su hermano el Poder Ejecutivo y sin pedir nada a cambio.

Rodeado por vallas infranqueables y decenas de efectivos de seguridad tan invulnerables como aquellas, el octogenario edificio de mármol, granito y nobles maderas fue recibiendo uno a uno a los presidentes, secretarios y delegaciones extranjeras que no querían estar ausentes en el histórico traspaso del primer al segundo gobierno de izquierda que tiene el Uruguay.

Para los medios de comunicación el trabajo a desarrollar fue casi imposible tanto dentro como fuera del Palacio. La mayoría de las áreas estaban vedadas para la prensa y muchos profesionales extranjeros y locales concluían que hubiese sido preferible seguir el protocolo cómodamente ante una pantalla de televisión y, llegado el caso, desde una habitación de hotel.

A las 13 horas, la secretaria de Estado de los Estados Unidos Hillary Clinton abandonaba el Parlamento por la puerta que da hacia la Plaza 1º de Mayo, luego de entrevistarse con José Mujica, con los líderes de la oposición y con las mujeres parlamentarias. La calle Colombia era la válvula de escape de todas las delegaciones. Por allí llegaban y se iban a sirena abierta. Acercarse a un visitante extranjero era poco menos que un delito así que esa posibilidad podía llegar a ser la pérdida de la salud.

Minutos antes de las dos de la tarde, José Mujica y Danilo Astori también se ausentaban del Palacio Legislativo con rumbo desconocido. Nadie notó cuando se iban. Un funcionario del Parlamento confió a este diario que tanto el presidente como Lucía Topolansky tuvieron durante toda la jornada a una doctora que no les perdía pisada.

A la hora señalada para la instancia de la Asamblea General Legislativa, comenzaron a llegar las delegaciones extranjeras. Todas ellas con varios coches repletos de personal de seguridad. Todas no. José Mujica y Danilo Astori llegaron al Palacio solos, sin custodia que los siguieran ni se antepusieran en su derrotero. En las escalinatas del edificio los recibieron las presidentas de ambas cámaras: Ivonne Passada y Lucía Topolansky.

Cumplido el trámite de promesa en el cargo asumido por la fórmula presidencial, el primero en retirarse fue el príncipe Felipe de España. Más tarde el presidente paraguayo Fernando Lugo, posteriormente Luiz Inácio Lula Da Silva y atrás el mandatario de Ecuador Rafael Correa que, por su indisposición física pasajera, era trasladado en un vehículo especialmente preparado para personas con incapacidades motrices perteneciente al Mides. También estuvo el legendario Tomas Borge, el vicepresidente de Cuba Ramón Machado Ventura y el presidente de la República Arabe Saharaui Mohamed Abdelaziz.

El ex presidente Julio María Sanguinetti fue el único uruguayo que se retiró por el mismo lugar que lo hacían las figuras visitantes. A diferencia de aquellos que recibían el más o menos efusivo aplauso de los espectadores, Sanguinetti se fue en la más absoluta soledad sin que nadie reparara su presencia y, ergo, su ausencia.

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