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martes, 2 de marzo de 2010

Mujica ratificó ante el pueblo sus fundamentos económicos

En el discurso de asunción en la Plaza Independencia el flamante Presidente explicitó ante el pueblo lo que serán las líneas de acción en materia económica, así como cuáles serán las prioridades y cuál el fundamento ético y la estrategia para que la economía continúe al servicio del desarrollo y la inclusión social.

Lo anticipado en materia económica durante la extensa campaña electoral, y frente a distinguidos y acaudalados auditorios ayer, fue reiterado en el ágora festivo de la plaza.

En ese marco, el nuevo presidente de la República, José Mujica, dejó meridianamente claro que uno de los capitales políticos que sustentan a la izquierda en el gobierno es la estabilidad económica. Pero, a diferencia de gobiernos anteriores, esta no se logrará ni se mantiene con la prescindencia dogmática del Estado. Lejos de eso, este, en una concepción más moderna, es un actor crucial del hecho económico.

Un generador de rumbos, un catalizador de la energía productiva y con instrumentos de promoción eficientes, como sin duda lo ha sido la nueva reglamentación de la Ley de Inversiones.

Así, lejos de estorbar, logra tornarse en un dinamizador de la actividad, estableciendo pautas y prioridades en el marco de una estrategia de país productivo. Claro, se precisa para ello una estrategia, y administradores eficientes, comprometidos con las metas establecidas.

DE LO SIMPLE A LO COMPLEJO

Desde la ortodoxia del liberalismo económico se ha intentado plasmar la noción de que la economía es un hecho autónomo respecto a las demás esferas de lo social.

Las versiones más simplistas de esta larga tradición filosófica, cuyo último auge en décadas precedentes dejó un funesto tendal de perjuicios económicos y sociales, consideran que la economía es una esfera prácticamente autosuficiente, solamente regida por las expectativas "racionales" de los agentes económicos.

Aproximarnos a una visión más compleja de la realidad económica supone entonces reconocer debidamente el nuevo ciclo político. Dar cuentas de las señales a futuro que sus figuras más visibles proyectan, así como el arsenal de signos que fueron emitidos, ante la ciudadanía y el mundo respecto a la futura política económica.

EL DESARROLLO COMO NEGOCIO

En otras regiones más avanzadas del mundo está discusión quedó atrás, aquí parece que - lentamente - también, a la luz de los elocuentes silencios que los más conspicuos personeros de la versiones simplista del liberalismo. Es más lenta y paulatinamente va haciendo carne otra idea aún más revolucionaria, al menos para este capitalismo con tufo feudalista que primó en ciertas élites. Vastas huestes de individuos y familias pauperizadas no es negocio alguno. Por varias razones. Entre ellas que una economía en expansión requiere de personas con capacidad adquisitiva. El desarrollo es negocio y la inclusión también, porque a la larga lo no invertido en inclusión y formación de recursos humanos para el trabajo requiere ingentes gastos en políticas sociales reparatorias, cárceles , seguridad y todo el arsenal de costosas medidas para intentar subsanar lo que no se hizo previamente para insertar debidamente a los ciudadanos. Recalcó también el apoyo a todas las iniciativas productivas, vengan de donde vengan. Incluso remarcó el apoyo concreto a proyectos productivos autogestionados por los trabajadores.

OPORTUNIDAD Y AUTOESTIMA

En este sentido, el anunciado Plan de Emergencia Habitacional puede ser también una oportunidad para generar trabajo, actividad, inclusión. La construcción y el acondicionamiento urbano son ramas de actividad que permiten la generación de puestos de trabajo en una vasta cadena de ocupación de muy amplio rango de especialización. Quizás en este plan el desarrollo y la inclusión sean también "flor de negoción".

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