El sector empresarial ve con preocupación el planteo del Pit-Cnt de reducir la jornada laboral, el cual estará en la futura mesa de negociación salarial. Apuntar en esa dirección supondría aumentar los gastos de producción, dicen los privados.
Bajar la cantidad de horas de trabajo es una vieja aspiración del Pit-Cnt, que ya estuvo presente en la última ronda de los Consejos de Salarios y que con vistas al nuevo período de gobierno -que traerá en su momento otra negociación salarial- vuelve a cobrar vigencia.
Ante ello, el sector empleador ha manifestado su preocupación pues entiende que no están dadas las condiciones para aplicar el recorte horario.
La reducción de la jornada laboral aparece como una de las metas incluidas en el documento programático para 2010, aprobado por la Mesa Representativa del Pit-Cnt en diciembre de 2009.
"Debe ser un objetivo no para promover el multiempleo, sino para avanzar en una organización del trabajo de alta calidad y más humano", dice el texto. Allí se destaca la importancia de esta reivindicación porque "tiene impactos positivos en varias direcciones, en el empleo, la calidad de vida, la distribución del ingreso".
Por otra parte resalta que ya algunos sectores lograron mejoras en ese aspecto: la construcción y la Fábrica Nacional de Cervezas (FNC) son dos ejemplos conocidos.
Ante la salida del documento, El País consultó al coordinador del Pit-Cnt, Fernando Pereira, quien explicó entonces que no se busca implementar este beneficio "al barrer", pero sí que se analice su viabilidad en las ramas de actividad.
MÁS COSTOS. "La realidad es que hoy para el sector empresarial el tema pone los pelos de punta porque lo que hace directamente es generar un aumento de costos muy significativo que se adiciona a lo que son los aumentos", señaló Verónica Raffo, directora del departamento laboral y de seguridad social de Ferrere Abogados.
Durante la negociación 2008, el gremio metalúrgico (Untmra) planteó sin éxito la reducción de la jornada.
El secretario general de la Cámara Metalúrgica, Miguel Oliveros, consideró "inviable" una propuesta de este tipo, pues supondría un incremento de los costos empresariales como consecuencia de "si trabajan menos, cae un poco la productividad o hay que contratar más personas". Sumar otra "desmejora a la productividad, va a hacer imposible producir o exportar", argumentó.
Oliveros recordó que los sectores donde se aplicó la reducción de la jornada fue de "forma coyuntural" y en aquellos que vieron decaer la demanda de trabajo como consecuencia del impacto generado por la crisis financiera del 2009.
No obstante, existen otros antecedentes, surgidos del acuerdo entre patrones y empleados. Tal es el caso de la industria de la construcción donde gradualmente de 48 horas semanales se pasó a 44.
Raffo explicó que este acuerdo se dio en un "sector muy particular, que ha venido negociando temas con un nivel de madurez y años de diálogo", una realidad distinta a la del resto de los sectores.
La experta señaló que debería avanzarse en el desarrollo de la "confianza recíproca", entre sindicalistas y empresarios para poder discutir este tipo de reivindicaciones.
La implementación de la reducción de la jornada laboral requiere de "trabajos previos" como el desarrollo de la capacitación, acuerdos para la mejora de la producción y aplicación de políticas de seguridad e higiene. Luego de eso la medida es viable si se llega a la conclusión que no incrementa los costos ni afecta la producción, dijo Raffo.
También la preocupación de los empresarios está en que los sindicatos recurran a medidas de fuerza para imponer esta iniciativa.
Así, Oliveros no descarta un escenario de conflictividad ya que "da la sensación de que la gimnasia sindical es algo que aunque uno acuerde todo igual la van a realizar".
Las cifras
48 Horas semanales se trabajaban en la construcción hasta que en la última ronda (2008) se acordó que pasaran a 44 horas por semana.
2 Horas se redujo la jornada laboral en la Fábrica Nacional de Cervezas (FNC), la única empresa con este acuerdo en la bebida.
Nuevo criterio para las pautas
Los criterios para la fijación de las pautas salariales es un tema que inquieta a los empresarios de cara a una futura negociación colectiva.
Verónica Raffo, de Ferrere Abogados, precisó que desde el sector empresarial se ha manifestado la intención de que se manejen nuevos esquemas para la definición de las pautas, como por ejemplo el criterio de productividad e incentivos por la performance del trabajador.
En esta administración, los aumentos han estado directamente asociados a la inflación y a porcentajes de recuperación, base que, según los empresarios, debe modificarse, pues los trabajadores han alcanzado y en algunos casos superado las metas de recuperación previstas.
Raffo indicó que el tema de las categorías es otro aspecto a analizar. En ese sentido, planteó que se deben flexibilizar a través de la capacitación del trabajador: a mayor polivalencia, mejor remuneración.
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