El comando de la Jefatura de Policía de Montevideo puso en marcha, en el correr de las últimas horas, un gran operativo en el barrio Marconi tratando de poner fin a la ola de violencia que por allí se desató hace algunos días. Intervienen numerosos efectivos, tanto uniformados como de civil.
El peligro en la zona continúa acechando. Prueba de ello es que ayer por la tarde, uno de los equipos que participaba en la operativa, precisamente de la Guardia Republicana, estuvo a punto de ser atropellado, intensionalmente, por un sujeto que tripulaba un auto blanco.
En caso de no haberse desplazado rápidamente algunos metros, los efectivos hubieran sido embestidos, probablemente con un trágico final.
Ello demuestra claramente la la falta de respeto que existe en la zona, teniéndose en cuenta que si no respetan a los uniformados, ¿qué queda para el ciudadano común?
Los agentes, dentro del marco de la ley, están actuando con rigurosidad. En los procedimientos asumidos, principalmente en las inmediaciones de Enrique Castro y Aparicio Saravia, fueron detenidos varios jóvenes que tripulaban motocicletas sin la documentación correspondiente.
No se registraron tiroteos ni atentados. La intervención policial está dando buenos resultados. Se verá qué sucede en el correr de las próximas horas y días.
Como se recordará, el enfrentamiento entre distintos grupos que, según la Policía, se encuentran vinculados al narcotráfico, llevó a que se registraran homicidios, tiroteos, atentados incendios, copamientos a fincas y algún otro hecho violento.
La situación, ya en el límite, llevó a que el comando instrumentara un gran operativo. Efectivos de Coraceros (a caballo), Granaderos, comisarías, Investigaciones y el plantel de Perros invadieron el Marconi.
Varios vecinos manifestaron su conformidad con dicha intervención, pero temen que cuando los agentes se retiren la delincuencia actúe con mayor fuerza.
Demostrando estar dispuestos a todo, los maleantes realizan cualquier atropello. Tal es así, que ayer por la tarde un equipo de Granaderos se encontraba en el cruce de Abel Chiflet y Enrique Castro.
Repentinamente, apareció en escena un auto blanco tripulado por dos o más individuos. El conductor aumentó la velocidad con intenciones de atropellar a los uniformados. Estos debieron desplazarse, sin tiempo a nada, para evitar se arrollados.
Al respecto se realizó un rastrillaje que permitió a los efectivos localizar el coche abandonado en una estación de servicio de la zona. Fue incautado, aún se continúa con la investigación.
La gran movilización policial trajo tranquilidad a los médicos, tanto privados como de Salud Pública.
Cada unidad, cada ambulancia que acude a atender a un paciente, es celosamente custodiada por un móvil policial. Si bien los médicos entienden que el problema no es con ellos, de todas maneras el tomar precauciones no está demás.
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