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martes, 2 de febrero de 2010

Sabina llegó y habló: "Lo campechano de Mujica le hace bien a un país tan sensato como Uruguay"

Ante la pregunta de qué haría si se encontrara consigo mismo pero veinte años más joven, el cantante dijo: "Si se me acerca esta noche ese tipo, no pierdo ni cinco minutos con él, me voy corriendo".

"¿Quién les dijo que me trajeran agua?", comentó el madrileño con gracia, moviendo la jarra prolijamente servida a su lado. Al rato alcanzaron una con cerveza, que agradeció con un "bueno, gracias", simpático y madrileño.

"Es un disco de desamor", dijo sobre "Vinagre y rosas". Sobre las canciones tristes, las de desamor, indicó que "son más fáciles de escribir". Además aclaró que "el oficio de escribir canciones, que luego pertenecen a la memoria sentimental de la gente", es "sagrado".

Comparó asimismo su último álbum con el anterior, "Alivio de luto", epílogo de una crisis de salud que casi lo mata. "Uno espera que cada disco sea una especie de documental de lo que uno está viviendo. Este disco no tiene tanto luto".

Sabina confirmó su intención de dejar de presentarse en lugares grandes, como estadios. "El plan era volver a sitios más razonables, más pequeños, más humanos, es decir al Teatro Solís" pero "ahora que estoy en la mitad de esta gira le estoy tomando mucho gusto a los lugares grandes".

Sobre el público latinoamericano dijo: "Si bien vengo de Buenos Aires, y uno puede pensar que es lo mismo, realmente no es lo mismo. Hay una cuestión de suavidad del público uruguayo, que es distinto".

Sabina dijo: "El mejor público es el de Montevideo, que es una ciudad que esconde canciones para mí".

BENEDETTI Y SABINA

El cantautor presentó en sus anteriores recitales algunas líneas sobre Montevideo. La ciudad que lo recibe no le es ajena, según cuenta el artista.

"Yo llevo Montevideo en el corazón" y "he hecho muy buenos amigos; algunos se me han muerto este año, como Mario Benedetti". Destacó al poeta y narrador fallecido el año pasado ya que "me va a costar ahora no ir a visitarlo" pues "cada vez que veníamos, nos tenía preparados el último librito dedicado y una taza de café". También resaltó a Onetti y a Zitarrosa, "quien fue mi compañero de nostalgias nocturnas", y le dedicó también unas palabras a Jorge Drexler, de quien se siente "casi descubridor".

MUJICA EL "BONACHÓN"

Para Sabina es importante conocer al presidente electo José Mujica más allá "de su pasado tupamaro".

"La diferencia entre los movimientos guerrilleros uruguayos y argentinos es que los primeros fueron más inteligentes y mucho más creativos y supieron hacer que la gente no los odiara más allá de treinta años", explicó.

"El lado campechano y bonachón de Mujica le viene bien a un país tan sensato como el Uruguay", concluyó.

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