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domingo, 7 de febrero de 2010

Presión al alza en precio de la tierra

La agricultura continuará siendo el principal dinamizador de los precios de la tierra a medida que vaya avanzando y ganando más área.

La soja sigue desplazando a las vacas y va colonizando campos con aptitud agrícola que antes estaban dedicados a la ganadería, armando logística y a partir de ahí, alcanzando más hectáreas.

En el mercado de inmuebles rurales, a esta altura del año, se hacen esporádicas operaciones, pero la demanda continúa inclinándose por campos aptos para plantar granos.

"El mercado está pautado por un escenario de limitadas ofertas y la agricultura es el rubro que dinamiza el mercado. El propietario de un campo agrícola lo vende, pero quiere posicionarse nuevamente en otro campo de inferior calidad o apunta a un predio mixto, en el que también pueda hacer ganadería", explicó Leovigildo da Silva, operador de mercado a El País.

Por los mejores campos agrícolas (alrededor de 180 de Índice Coneat) se paga de US$ 6.000 por hectárea hacia arriba y en las nuevas cuencas agrícolas en formación, por unidades con alrededor de 60% o 70% de aptitud para agricultura hay que pensar en pagar un mínimo de US$ 2.700 por hectárea, dependiendo de las zonas, los suelos y otros parámetros que inciden en la conformación del valor de la tierra.

Otros factores de peso son la poca la oferta de campos ganaderos y que los precios que aspiran los vendedores están desencontrados con los que quieren pagar los compradores.

Para Da Silva, en el futuro "el mercado seguirá pautado por una demanda por campos agrícolas, porque los granos continuarán avanzando".

NUEVA CUENCA. El gran polo en desarrollo de la agricultura está formado por un triángulo que une Melo (Cerro Largo), Caraguatá (Tacuarembó) y Vichadero (Rivera). Son campos con entre 60% y 70% de aptitud forestal, con áreas no tan grandes y a partir de las cuales se desarrolla logística.

"Hay mucho movimiento, mucho interés. La gente está mirando campos, se llevan las carpetas con la información, pero se da poca concreción de negocios", explicó Federico Rodríguez, operador inmobiliario a El País.

Cada vez se agranda más la brecha de precios entre un campo sojero y uno forestal.

Según las referencias de precios del operador, en el caso de compra de un campo apto para soja en el nuevo polo agrícola en desarrollo se pagan entre US$ 3.500 y US$ 3.700 por hectárea, mientras que, por campos forestales hay que manejarse con entre US$ 1.500 y US$ 1.600 por hectárea.

Mientras tanto, si se piensa en adquirir un campo ganadero hay que pensar entre US$ 2.500 y US$ 2.800 por hectárea.

Son muy pocos los negocios que se están haciendo por campos forestales y tampoco abarcan grandes áreas.

RENTAS. A medida que avanza el cultivo de soja y que los campos agrícolas no abundan, también suben las rentas. "Las rentas generalmente son a tres años, con diferencia de valores entre años", explicó Rodríguez.

El primer año que es donde se realiza el mayor trabajo se pagan entre 350 y 400 kilos de soja por hectárea; en el segundo entre 450 y 500 kilos por hectárea y en el último 550 kilos por hectárea.

En este segmento del mercado se está dando que existen empresas de menor porte que buscan bloques de áreas agrícolas de entre 400 y 500 hectáreas en los que se instalan y desarrollan polos sectoriales.

Las rentas por campos ganaderos en las inmediaciones de Cerro Largo y departamentos vecinos, rondan entre US$ 65 y US$ 70 por hectárea (negocios concretados).

"No se ve la misma voracidad que tenía el mercado hace unos meses, la demanda cayó un poco. Hoy la gente no se mete en negocios cortos y con precios altos", aseguró Federico Fernández, remarcando que los arrendatarios están un poco más cautelosos.

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