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lunes, 1 de febrero de 2010

Ana a LA REPUBLICA: "Hay que lograr que los ciudadanos se vuelvan a enamorar de Montevideo

Ana Olivera tiene 53 años, un hijo y una nieta. Obligada al exilio por la dictadura. Estuvo 10 años en la IMM, como Directora de Descentralización entre 1995 y 2005. Es subscretaria del MIDES y una de las gestoras del Plan de Emergencia. Miltante del Partido Comunista. Nos recibió la tórrida tarde del sábado en el MIDES, en medio de llamadas y saludos de todos los sectores del FA, respondió las preguntas.

¿Cómo te enteraste de que tu nombre podía ser considerado para la IMM?

Me enteré de que había algunas coordinadoras del FA que estaban manejando mi nombre como una salida. El PCU le informó de esto a los compañeros del PS. En el PCU habíamos hecho una apuesta a Daniel Martínez y la historia del PCU es que siempre respeta los acuerdos, fueron muchas las veces en que resignamos nuestras posiciones, tanto para favorecer una salida unitaria en el FA, como porque consideramos que otra opción era mejor. Se reafirmó que los votos del PCU estaban para Martínez. Pero bueno, empezó a estar claro que ninguno de los dos compañeros, ni Martínez, ni Varela, iban a conseguir los votos. Y digo compañeros porque eso son, no solo son dos excelentes candidatos, Daniel y Carlos son dos compañeros frenteamplistas por los que tengo el mayor respeto y afecto, político y personal. El punto es que no se encontraba una salida.

Finalmente, se encontró una y para ello se puso mi nombre a consideración y tuve la alegría inmensa y el honor y el compromiso de que me respaldaran todos.

Llegamos a una solución en el FA, lo que no quiere decir que no vayamos a tener que restañar heridas, porque de estos debates siempre algo queda. Es importante rescatar lo que nos une, como decía el general Líber Seregni, "pensar en el día después".

Mi día después es ir a la reunión con los compañeros del Partido Socialista, a la que me invitaron ellos inmediatamente después de que terminó el Plenario, compañeros muy queridos, de muchos años compartidos. También acompañar al compañero Ricardo Ehrlich en una actividad. Ricardo, que me invitó con un afecto y una calidez enorme, la que siempre tiene.

¿Te costó aceptar?

En estos días cuando tenía que tomar esta decisión me pregunté muchas veces si con la definición que estaba tomando iba a poder mirarme en el espejo. Esto lo conversamos con Tabaré y con José Mujica. En la generación a la que pertenezco nunca nos imaginamos que querer transformar el mundo iba a significar tener tal o cual responsabilidad de gobierno. Cuando decidimos militar, en realidad arriesgamos caer presos, ser torturados o desaparecer. Yo, como miles, militaba por un objetivo colectivo, nunca estuvieron los cargos. Una tiene el deber de preguntarse si eso no está cambiando. Cada día una tiene que reafirmar que sigue siendo la misma mujer que a los 18 años tenía unas ansias enormes de transformar el mundo a cambio de nada. Eso lo tenemos que plantear todos los días en la izquierda. Me estuve preguntando mucho en estos días si el bichito no me había picado, es mi obligación como militante preguntármelo. Lo que tiene que pesar y seguir pesando es porque llegó donde llegó el FA y cómo tenemos que hacer para llegar juntos adonde queremos llegar. Nunca olvidar que no es uno, que hay miles, con sus sueños, con sus esperanzas, con su sacrificio y eso pesa y está bien. Nunca hay que olvidar eso.

¿Qué valoración haces del proceso de discusión en el FA?

Fue un proceso complejo. Había posiciones prefijadas que hacían muy difícil una salida de consenso. Finalmente, el debate que se dio en algunas coordinadoras hizo salir una posibilidad diferente. La discusión que se hizo, más allá de los cruces fuertes, de los errores que se pueden haber cometido, tuvo como objetivo resolver lo mejor para Montevideo, cuidar a la fuerza política y cuidar a los compañeros que estábamos involucrados. Se intentó cuidar al FA y a las personas. Porque tanto Daniel, como Carlos son un capital para el FA, tienen un acumulado en gestión, en relación con la ciudadanía y el pueblo frenteamplista.

¿Crees que esta última parte se cumplió? Para usar tus palabras: ¿se los cuidó?

Creo que se hizo lo imposible. Es difícil como quedan las personas y las fuerzas políticas. Te puedo responder por lo que pasó conmigo, no voy a cometer el atrevimiento de decir cómo se sintieron mis compañeros. En mi caso, que tenía una sensación ambigua, me sentí cuidada por todo el mundo. Hubo mucho respeto, de todos los sectores del FA, de la sociedad, de los periodistas. Tú sabes que me negué a hacer declaraciones durante toda la semana. La construcción de la unidad, que es permanente, no es fácil. Creo que en pocos días se resolvió una salida sobre la cual nosotros tenemos que trabajar para fortalecer y entusiasmar a los frenteamplistas, no por Ana Olivera, por un nuevo triunfo y para seguir cambiando Montevideo. Por una propuesta que busca y necesita el protagonismo de todos los ciudadanos para mejorar esta ciudad y la vida de su gente.

"UNA CAMPAÑA ABIERTA Y CON TODOS"

¿Cómo imaginas la campaña?

(Se ríe) ¿No te parece que es un poco prematuro que me imagine? Esta entrevista me la estas haciendo un sábado en el Mides, queda toda la transición, aún falta la definición de quiénes van a ser los suplentes.

¿Es parte del proceso de restañar heridas y fortalecer la salida?

Empieza por allí y por encarar la campaña juntos. Soy una mujer militante colectiva y de equipos. No va a ser la campaña de la candidata, va a ser la campaña del Frente Amplio, del equipo que vamos a conformar, de los militantes y del pueblo frenteamplista. Una campaña abierta a todas las formas de aporte y participación.

Yo participé en la campaña de Tabaré de 1989, fue una campaña extraordinaria, de alguien que no tenía un gran conocimiento público todavía y esa calidez de Tabaré, ese contacto con la gente, recuerdo el encuentro en la cancha de Villa Española, en Isla de Gaspar, fue emocionante, aprendí mucho.

También participé en la campaña de Mariano y la hicimos con todo el equipo, íbamos a todos lados juntos, hablábamos juntos. Si me apuras esas son las dos cosas seguras: una campaña de todo el FA, abierta a todas las formas de propuesta y militancia y una campaña con todo el equipo. Porque los equipos se forman desde allí, las personas se conocen, las ideas maduran, trabajando juntos y apoyándonos.

¿Cuál sería el objetivo central que te plantearías en la campaña?

Te lo voy a decir de una manera poco clásica: desde la sensibilidad tal vez.

Hablo del enamoramiento, de la seducción. La relación entre la gente y la propuesta política cuando esta es para cambiar es una relación de dos como en la pareja, no es de una vez y para siempre. Cada tanto hay que replantearse las cosas y darles nuevo impulso. Lo que no queremos es la separación (sonríe). Con todas las nuevas maneras que se necesiten que se enamoren las montevideanas y los montevideanos del cambio que propone el FA y de su ciudad.

Hay que enamorar a la ciudadanía desde la campaña y para eso primero hay que enamorar al pueblo frenteamplista. Para una intendencia transformadora, es imprescindible la participación.

No hay una única manera, no debe haberla. Hay que promover y hacer posible todas las formas y las maneras en que el pueblo frenteamplista y los ciudadanos aporten, participen, construyan, se entusiasmen y transformen la ciudad.

No me imagino otra manera de campaña ni de gestión, abierta a todas las formas y sensibilidades; hay que ser capaces de articularlas.

El FA es una fuerza de cambio, hace política y también gobierna para cambiar, para transformar. Para cambiar también hay que estar dispuesto a cambiar uno mismo y su manera de hacer las cosas, es un proceso permanente, necesita ser ventilado, aireado, permanentemente. Hay que lograr que los montevideanos se vuelvan a enamorar de Montevideo.

La participación ciudadana es en primer lugar el ejercicio de un derecho. No es una receta política o una gimnasia, es el ejercicio de un derecho y debe, como resultado, resolver las cosas, solucionar problemas, acordar caminos y recorrerlos. Es una radicalización de la democracia, como lo decíamos en el primer gobierno municipal de Tabaré; después la fuimos perdiendo. Esa fórmula también la usaba el PT en los municipios que gobernaba en Brasil. Radicalizar la democracia para construir ciudadanía, para transformar la sociedad y la realidad y por supuesto, para solucionar los problemas, entre todos.

LAS PRIORIDADES DE LA GESTIÓN

Más allá de lo prematuro de las preguntas, ¿qué factores caracterizarán tu gestión en caso de ser electa?

El FA tiene una gestión de 20 años en Montevideo como carta de presentación, tiene un programa único y además vamos a trabajar en equipo y con la participación de la gente como prioridad.

Si los montevideanos confían nuevamente en el FA y en mi candidatura, no voy a ser la intendenta de la Intendencia, voy a ser la intendenta de Montevideo. Tiene que ver con asegurar el acceso a los servicios de todas y todos; con pensar y construir una ciudad vivible y disfrutable para todos, en todas sus zonas; con el ejercicio de derechos y el protagonismo ciudadano. Todo eso tiene que ver con mi experiencia en Descentralización en esos 10 años, con mi militancia en el FA y también con estos cinco años en el Mides. Más allá de los altos y bajos, los gobiernos del FA en Montevideo han tenido, todos, una característica de sus intendentes y de sus equipos: dar la cara, escuchar a la gente, no gobernar de atrás de un escritorio.

Apostaremos mucho a la participación para que nos planteen sus problemas y para que participen en su solución. Nunca la gente plantea cosas disparatadas. Eso lo aprendí en la IMM y lo reafirmé en el Mides.

La respuesta, las políticas sociales, no pueden ser "ravioleras", porque las realidades son diversas y reclaman soluciones diversas. Pero la diversidad se contempla con participación.

La gestión del FA en Montevideo ha tenido altos y bajos en estos 20 años, incluso dentro de un mismo período. Pero la transformación de la ciudad es enorme. Si uno recuerda lo que era Montevideo en 1989 y lo que es ahora, no hay punto de comparación.

Lo que ocurre es que hay montevideanos que tienen esos recuerdos para comparar y otros, como mi hijo, por ejemplo, que no tienen el menor recuerdo y que reclaman más y tienen razón. Hay que hablarles a todos los montevideanos, a los que vivieron los cambios y a los que nacieron o crecieron con ellos.

PERO EL FA HA TRANSFORMADO MONTEVIDEO PARA BIEN.

En 1989 el FA tuvo que encarar la reconstrucción de la ciudad, que estaba devastada y ya en proceso de fragmentación. Además, con un proyecto nacional que remaba en contra, que iba en otra dirección. La crisis de 2002 profundizó muchas de esas cosas. Contra todo eso tuvo que luchar el FA desde el gobierno municipal. Incluso invirtiendo enormes recursos para atemperar el impacto social, para apoyar a los sectores que el proyecto nacional de derecha dejaba desamparados.

En este último período hubo un cambio. El gobierno nacional del FA, además de estar en sintonía con el municipal, transformó la realidad de los montevideanos; hay otra situación y otras posibilidades y eso también estará presente en la futura gestión.

Insistís en la concepción de equipo para gobernar. ¿En qué estás pensando?

No existe gestión posible de ninguna persona, por más liderazgo que tenga, si no logra conformar un buen equipo. De eso depende el éxito de cualquier gestión, sobre todo en la izquierda, de aquellos que estamos unidos por un programa y tenemos como objetivo la transformación de la sociedad.

Yo viví esas experiencias en el gobierno de la IMM, el papel del equipo de gobierno. La viví también en la creación del Ministerio de Desarrollo Social y en la implementación del Plan de Emergencia. He aprendido mucho de esa construcción colectiva, vengo de allí y así soy y trabajo.

Hay otra dimensión en la labor de la IMM que es la prestación de servicios, la mejora de la gestión. ¿Cuáles son las prioridades en ese terreno?

La IMM tiene que asegurar que se barra, que haya luz, que la ciudad esté limpia y que las calles estén transitables, entre otros muchos servicios. Pero no tiene que dedicarse sólo a eso.

Se ha transformado mucho en estos 20 años, pero la sociedad también se ha transformado y entonces hay que cambiar y mejorar.

Se han instrumentado cambios importantes en el transporte, pero hay que seguir cambiando. Se instalaron los contenedores, lo que fue un cambio cualitativo en el terreno de la limpieza. ¿Alcanzó? No. Además fue hace mucho tiempo y no hay que perder la iniciativa, hay que mantenerla en forma permanente y para eso es imprescindible la gente.

En el programa de gobierno del FA para la IMM se habla de "emergencia habitacional", eso coincide con la prioridad establecida por el presidente electo, José Mujica: ¿Cómo se atenderá esa situación?

El Plan de Impacto Habitacional de nivel nacional. Hemos venido trabajando con la futura ministra de vivienda, Graciela Muslera, en ese plan. Porque la atención y la solución a esto es integral. Los elementos del hábitat, no solo la vivienda, condicionan el futuro de miles de ciudadanos y, sobre todo, de niños y adolescentes. Me estoy refiriendo a todas las intervenciones necesarias para atacar al conjunto de factores que tienen que ver con la reproducción de la indigencia y la pobreza. Además, tiene un componente fundamental, se va a resolver con la participación de la gente, promoviéndolas.

Va a ser un tema central del próximo gobierno nacional y por supuesto también del departamental, ya que Montevideo sufre esa realidad fuertemente.

Con el esfuerzo del gobierno nacional del FA, de la IMM, de las intendencias del Interior, con el Plan de Emergencia, el Plan de Equidad, los Consejos de Salarios, hemos comenzado a revertir esa fractura social, pero falta mucho, mucho por hacer. Es una tarea central para Montevideo, hay que trabajar para superar la Montevideo fracturada socialmente, en la vivienda y en todo lo demás.

Hay un aspecto muy vinculado a este, que tiene que ver con la mejora de la gestión para responder a los reclamos ciudadanos. ¿Cómo se concreta en la IMM la reforma del Estado? ¿Cómo entra en esto la relación con Adeom?

Hemos discutido mucho la relación en todos los ámbitos. La relación del FA con el gobierno, también la del gobierno con los trabajadores y dentro de ella la relación del gobierno con los sindicatos.

Primero que nada no existe posibilidad de cambio y modernización de la gestión sin los trabajadores. Tenemos que lograr un involucramiento de los trabajadores en la construcción de esas mejoras en la gestión y en los servicios. No necesariamente tienen que estar de acuerdo, pero tienen que ser parte de las soluciones.

Tuve una experiencia concreta, nosotros teníamos un compromiso del FA con la ciudadanía de descentralizar servicios, los vecinos se habían pronunciado en múltiples consultas a favor de eso, los trabajadores no estaban de acuerdo. Discutimos mucho, acordamos caminos y procedimientos, pero se respetó el compromiso y el interés de los ciudadanos. Esta relación con los trabajadores y con Adeom ha tenido luces y sombras. Lo conozco, voy a trabajar mucho en ello.

¿Esta prevista una reunión con Adeom?

Tengo claro que reuniones con los trabajadores y con Adeom van a haber como candidata y, en caso de ser electa como intendenta, por supuesto que también. Esa también ha sido la experiencia de estos años.

LAS CONVERSACIONES CON TABARÉ VÁZQUEZ Y JOSÉ MUJICA

"Tabaré me emocionó"

¿Qué reacciones has recibido después de tu elección?

Sería injusta en destacar alguna. Llamó gente de todas partes del mundo. Compañeros de toda la vida, muchos que tenían una postura distinta y apostaban por otro candidato. Pero bueno, hubo varias que me hicieron lagrimear, por suerte soy capaz de emocionarme mucho, soy mujer y soy así. En particular la del compañero Tabaré Vázquez (se le llenan los ojos de lágrimas). Por que llamó el Presidente, pero fue el compañero el que me llamó. El siempre tiene su actitud de agradecer lo que uno hizo, pero soy yo la agradecida, siempre lo decimos Marina y yo, por la oportunidad de participar de este gobierno de izquierda y en esta tarea, de hacer cosas por los que más las necesitaban. El confió en nosotras y nos apoyó siempre. Tengo una anécdota: una persona que trabajó como consultor en el Mides, me decía que al principio pensaba: "Estas dos minas nos van a llevar a la ruina" (Se ríe). Pero siempre tuvimos el respaldo del Presidente y del compañero. El llamado de Tabaré me hizo sentir chiquita, más de lo que soy y me emocionó mucho. Bueno, la familia, los amigos que no son frenteamplistas, del Partido por supuesto, de todos los sectores del FA. También los trabajadores municipales con los que trabajé 10 años. Uno dice: "Bienvenida a tu casa".

Por supuesto, el abrazo de Carlos (Varela), sincero afectuoso, como el gran compañero que es y que quiero tanto y me dijo: "es sincero, desde la raíz común que tenemos". Nos pasa con muchos que tenemos una raíz común y las huellas mentales y emotivas no se borran, permanecen.

También con Daniel, que me dijo que iba a estar el lunes en Casa del Pueblo.

Fui conversando permanentemente con Marina, con la que tenemos una relación muy estrecha y ella, como siempre, me apoyó y me ayudó mucho.

"MI OPINIÓN PERSONA ES QUE DEBERÍA SEGUIR MARINA"

La transición y el Mides

¿Vas a seguir con la transición en el Mides o de lleno a la campaña?

Tuve una entrevista el jueves pasado con el presidente electo, el compañero Pepe Mujica, con lo que en ese momento era una posibilidad. Fue una larga conversación, hablamos del gobierno nacional, del Mides, de Montevideo, del Frente Amplio y de su unidad. Fue una reunión muy cálida, muy franca, que agradezco profundamente. Tengo una preocupación de cómo se resuelva la transición y cómo quede conformado el Mides.

No tiene nada que ver con lo partidario, es por el compromiso con la gente, con la que más necesita. Tengo la responsabilidad de ayudar a culminar esa transición.

¿Alguna propuesta sobre el Mides?

Es una pregunta muy difícil. Corresponde al FA y al PCU resolver eso. Mi opinión personal es que debería seguir la compañera Marina Arismendi, ella ha sido fundamental en todo este proceso. No sé si estará planteado o no, pero no puedo no decirlo.

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