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viernes, 5 de febrero de 2010

39 años del Frente Amplio

Hoy se cumplen 39 años de la fundación del Frente Amplio. Un día como hoy, luego de un largo proceso de experiencia unitaria y también de enfrentamientos, fracturas y desencuentros, la izquierda uruguaya daba un salto en calidad y lograba la unidad política.

El surgimiento del FA fue precedido por un largo proceso de debate y de lucha en común.

Fueron importantes las experiencias de lucha en común de obreros, estudiantes, partidos de izquierda históricos y sectores progresistas de los partidos tradicionales, por la Ley Orgánica de la Universidad y la creación de los Consejos de Salarios. Al calor de esas luchas surgió una consigna que fue expresión de una realidad en la calle: "Obreros y estudiantes, unidos y adelante".

Este proceso unitario fue profundizado en el enfrentamiento a la instrumentación de políticas que iban contra las conquistas populares, iniciadas con la reforma monetaria de Azzini y continuadas por los gobiernos de Jorge Pacheco Areco y Juan María Bordaberry.

Es allí que nace la unidad sindical y la creación de una central única de trabajadores, la CNT, hoy PIT-CNT. El proceso se amplía buscando además de la coincidencia en movilizaciones la elaboración de una propuesta alternativa de país. Se realiza el Congreso del Pueblo y se sientan las bases de una unidad más amplia.

El 5 febrero de 1971 surge el Frente Amplio. Confluyen en su fundación hombres de los partidos tradicionales, los partidos históricos de la izquierda uruguaya, sectores que venían del nacionalismo de izquierda, sectores progresistas del cristianismo y militares democráticos.

El FA nace como una propuesta de cambios, recogiendo el legado artiguista desde la propia enseña elegida como identificatoria y en el contenido de su propuesta, y también como una salida de paz, democrática.

Se ha señalado que es una suerte de milagro nacional haber logrado la unidad de comunistas, socialistas, democristianos, nacionalistas y luego la incorporación de gente que venía del anarquismo y de la experiencia guerrillera. Es cierto, no hay muchos antecedentes similares en el mundo, la izquierda más bien se caracteriza por su fragmentación que por su capacidad de unidad política.

El FA, con apenas dos años de nacido, debió enfrentar la peor hora de la historia nacional, el golpe de Estado y la dictadura. El fascismo en Uruguay tuvo como uno de sus objetivos centrales destruir al FA.

La supervivencia del FA a esa persecución de 13 años es una muestra inequívoca de la profunda raíz popular que tiene y de la también profunda voluntad unitaria de los sectores que lo componen.

La historia del FA no ha estado exenta de problemas, de discusiones complejas y también de rupturas.

La ruptura del PGP, encabezado por Hugo Batalla en 1989, fue quizás uno de los momentos críticos vividos en lo político. Sin embargo el FA logró recuperarse y además crecer electoralmente y ganar la IMM.

No fue sencilla la sucesión de liderazgos, en particular la transición de un FA que tenía en Líber Seregni un referente ineludible a otro sin su presencia. Sin embargo, surgió la figura de Tabaré Vázquez y con su propia impronta y sus diferencias proyectó al FA hacia el gobierno nacional y un apoyo popular nunca conseguido.

El FA pasó por la prueba del gobierno nacional, consolidando una gestión sin antecedentes en los últimos 50 años del Uruguay y logrando un segundo mandato, renovando sus referentes institucionales; ahora José Mujica es quien presidirá el país.

En 39 años el FA se constituyó en la principal fuerza política de Uruguay. Ha superado crisis internas varias, promovido y generado liderazgos, transformado su dinámica interna y consolidado como un partido con presencia nacional. Es una realidad compleja que combina la característica de coalición de 26 partidos y sectores, con muy disímil peso electoral y social; y la de movimiento, con comités de base y sobre todo, con cientos de miles de militantes que se sienten ante todo frenteamplistas. Esos cientos de miles de frenteamplistas le dieron siempre, en la calle, su color y su identidad propia al FA. La última gran expresión política de esto fue la pasada campaña electoral, en la que la militancia del FA hizo suyas las calles y plazas de todo el país.

El FA se encuentra, a sus 39 años, en una etapa nueva, construida por años de sacrificio, de coherencia política y de compleja y trabajosa construcción unitaria. El FA es hoy, sin lugar a dudas, la expresión de un proyecto de cambios en Uruguay, la principal fuerza política del país.

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