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viernes, 22 de enero de 2010

INAU ayudará a quienes apoyen a niños de la calle


Los niños que viven en situación de calle sufren un enorme desamparo y la pérdida cotidiana de sus derechos. Sin embargo, la soledad o la explotación de la que muchas veces son objeto tiene su contracara: muchas personas -solas, en pareja o con sus familias, y de cualquier condición socioeconómica- deciden apoyarlos de múltiples maneras, y en ese proceso surge una relación valiosa. Esta ayuda puede consistir, según los medios de cada persona, en un plato de comida, un rato para resolver un deber escolar o, simplemente, un tiempo para conversar.
El Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay (INAU) pretende potenciar estas experiencias espontáneas. "Tenemos que emprender un trabajo comunicacional no encarado aún: la sensibilización de quienes están dispuestos a dar apoyo a los niños en tiempo parcial", dijo el director de INAU, Jorge Ferrando.
Las ayudas podrían consistir tanto en subsidios económicos como en orientación técnica y seguimiento. "No todas las personas necesitan dinero, pero sí deben saber cómo hablar con estos chiquilines, qué cosas necesitan", agregó el jerarca.
Los niños y adolescentes en situación de calle que comienzan a insertarse en un hogar ­ya sea en una familia o en uno de los que ofrece INAU en coordinación con distintas ONG- atraviesan un proceso lento y desafiante. Muchas veces tienden a regresar a la calle momentáneamente, en procura de una libertad donde no existían normas. "Quienes se acerquen a estos niños deben saber estas cosas", afirmó Ferrando, quien subrayó la importancia que tiene un "vínculo afectivo positivo" en la reinserción de estos jóvenes en la sociedad.

Hacia un cambio cultural
Lo cierto es que, según INAU, no todos los referentes adultos que los niños tienen en las calles son negativos. Por eso, quienes estén dispuestos a recibirlos un rato o a darles un lugar donde bañarse, entre muchas otras cosas, recibirán el apoyo estatal. "Cuanto más extrema es la situación, más individualizada debe ser la ayuda que reciban. A algunos de estos chiquilines les cuesta hasta adaptarse en pequeños grupos. Esta experiencia podría tener un papel muy importante en su inclusión social", señaló Ferrando.
Desde INAU se aclaró que la propuesta "no pretende ser masiva", sino comenzar de forma reducida para evaluarse posteriormente. Está previsto que se desarrolle no sólo con personas dispuestas a establecer un vínculo con niños en situación de calle, sino con otros que están en proceso de dejar el consumo de drogas, o con pequeños que esperan para ser adoptados. De este modo, se intentará reducir al mínimo el número de hogares de tiempo completo dentro de la institución.
La forma en que se establecerá el vínculo entre estas personas y los niños, así como el apoyo que recibirán de INAU, variará de acuerdo a cada situación, aclaró Ferrando. "Hay muchas combinaciones posibles. Estos chicos pueden pasar el día en un centro donde tengan variadas actividades, como un club de niños o un centro de estudios, y de noche quedarse con la familia que los reciba. También, a la inversa, esta familia puede recibirlos de día. Todo dependerá de las necesidades y los procesos de cada uno", indicó el director de INAU.
Para el instituto, esta modalidad permitirá "transitar caminos de acogimiento familiar hasta ahora desconocidos" que buscan consolidar un cambio cultural: mostrar que la sociedad uruguaya, en lugar de reforzar la exclusión a la que muchos niños son sometidos, puede tender una mano para que encuentren su lugar y sus derechos.

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