El refranero español está plagado de advertencias hacia las parejas
que, voluntariamente o no, se quedan sin descendencia. Estos dichos
aluden fundamentalmente al infortunio y a la pobreza, aunque la lista de
perjuicios podría ampliarse pronto si se confirman los resultados de un
reciente estudio.
Según sus datos, las parejas que no tienen niños presentan unas tasas
de mortalidad temprana más altas que aquellas que sí han ampliado la
familia. En concreto, las mujeres son las que se llevan la peor parte, con un riesgo hasta cuatro veces más elevado que sus congéneres madres.
Y la biología no parece estar tras estos resultados, ya que, entre
los adoptantes, el riesgo era más similar al de aquellos que habían dado
a luz.
Los autores de este trabajo, cuyos resultados se publican en la
revista 'Journal of Epidemiology and Community Health', realizaron un seguimiento a 21.276 parejas que, entre 1994 y 2005, iniciaron el proceso para un tratamiento de fertilidad en Dinamarca.
En el tiempo de estudio, nacieron 15.210 niños y fueron adoptados otros 1.564. Por otro lado, entre los adultos reclutados, fallecieron un total de 96 mujeres y 200 hombres.
Al comparar los datos, los investigadores comprobaron que tener un
niño se relacionaba con un riesgo significativamente más bajo de sufrir
una muerte temprana, especialmente entre las mujeres.
"Teniendo en cuenta que asociación no significa causalidad,
nuestros resultados sugieren que las tasas de mortalidad son más altas
entre las personas sin hijos", señalan los investigadores en la revista
médica.
Estos científicos también quisieron comprobar si la paternidad tenía algún impacto sobre la salud mental
de los progenitores. Y su análisis demostró que, al contrario de lo que
han señalado otras investigaciones, no existían diferencias entre las
parejas con y sin hijos.
Sí se apreció una menor incidencia de enfermedades mentales entre los
adoptantes, aunque los científicos reconocen que esto puede deberse a
que estas parejas deben someterse a un análisis exhaustivo antes de
poder hacerse cargo de un pequeño.
En sus conclusiones, los investigadores también señalan que en sus
resultados han podido influir otros factores, como la educación o el
nivel de ingresos, por lo que sus resultados deben tomarse con cautela.
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