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lunes, 15 de octubre de 2012

Los tomates reducen el riesgo de sufrir un infarto cardíaco

Según el estudio publicado en el último número de la revista Neurology, los análisis sanguíneos de centenares de pacientes, mostraron que aquellos que tenían niveles más altos de licopeno, un fuerte antioxidante, también eran el grupo que menor cantidad de infartos había sufrido. El licopeno se encuentra abundantemente en los tomates, pero también en las sandías, pomelos, hongos, papayas y mangos.
Contrariamente a lo que ocurre con otros productos, el procesamiento de los tomates lejos de hacer perder la concentración de licopeno, la enriquece: así las salsas de tomate, su puré o pasta, tienen hasta diez veces más microgramos del antioxidante que la verdura cruda.
Los tomates de la variedad “perita” tienen la más alta concentración de licopeno, entre todas las variedades de consumo habitual. Los tomates que son recolectados verdes, tienen menos concentración que los colectados maduros en la tomatera, y los tomates de invernadero tienen menos que los producidos al aire libre en verano.

Buscando otras pistas

El hallazgo surgió a raíz de una investigación en la que se procuraba detectar la relación entre las vitaminas A y E, en los infartos cardíacos. En esa búsqueda no se encontraron elementos que ratificaran la idea que esas vitaminas mejoran las defensas ante las afecciones cardíacas, pero sí aparecieron coincidencias sumamente importantes (de hasta el 59%) con el licopeno.
El licopeno, no es sintetizado por el organismo humano, por lo que debe ser obtenido de los alimentos.

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