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lunes, 15 de octubre de 2012

Cameron firma el pacto para el referéndum de la independencia de Escocia

Será un referéndum 'Made in Scotland'. El Partido Nacionalista Escocés (SNP) se ha apuntado de antemano el triunfo por la celebración del plebiscito de la independencia. Será en el otoño del 2014 y podrán votar los jóvenes de 16 años, dos de las condiciones que puso sobre la mesa el primer ministro escocés Alex Salmond.
Pero el 'Premier' británico David Cameron, que este lunes cerrará en Edimburgo el así llamado 'Acuerdo de San Andrés', se guarda en la manga la última carta: la de la pregunta a la que tendrán que responder los escoceses. Será un 'sí' o un 'no' inequívoco a la independencia, sin la posibilidad de una tercera opción (mayor autonomía política) que reclamaba Alex Salmond para cubrirse las espaldas.
Por parte escocesa, el fuego preliminar a la firma lo abrió la viceprimera ministra Nicola Sturgeon: "El acuerdo que se firmará el lunes servirá para asegurar que la decisión tomada por el pueblo de Escocia será respetada por ambos gobiernos. Vamos a tener un debate muy sustancioso sobre por qué Escocia estaría mejor como un país independiente".
La propia Sturgeon, 'mujer de hierro' de Alex Salmond durante las conversaciones con Westminster, aseguró que las condiciones pactadas son muy similares a las que reclamaban desde el principio los nacionalistas: "Será un referéndum 'Made in Scotland'".
Pese a las concesiones de la fecha y la edad del voto, el Gobierno de David Cameron ha impuesto su criterio en el contenido de la pregunta. Los escoceses deberán pronunciarse por un 'sí' o 'no' a la independencia, sin posibilidad de una tercera opción (mayor autonomía política) que pretendía incorporar Alex Salmond para debilitar el apoyo al 'sí' y cubrirse de paso las espaldas en el caso de una derrota del 'no'.

Los sondeos apuntan al 'no'

Los últimos sondeos reflejan una tendencia a la baja del 'sí' a la independencia, por debajo incluso de la barrera simbólica del 30%, mientras que el 'no' es respaldado por el 53% de los votantes. Salmond confía en que la apertura del voto a los 16 años sirva para ganar apoyo a la causa independentista, aunque la misma encuesta de 'The Mail on Sunday' revela paradójicamente que los adolescentes escoceses se sienten más "internacionalistas".
Como en el lanzamiento de la campaña 'Yes Scotland', el primer ministro escocés se esforzará en dar a la firma de hoy la máxima relevancia internacional, con la presencia de multitud de medios extranjeros. David Cameron intentará barrer para casa e insistir en la dimensión estrictamente local del 'Acuerdo de San Andrés'.
Entre tanto, el secretario de Estado para Escocia, el liberal-demócrata Michael Morre, expresó su confianza en el resultado final: "No hay duda de que la mayoría de la gente en Escocia quiere una sociedad más justa y más rica que la que la independencia puede proporcionar>.
"Una vez que se haya formado el acuerdo, será el momento de que cada una de las partes ponga sus argumentos sobre la mesa e inicien la campaña sobre el futuro más conveniente que creemos para Escocia", añadió Moore. "¿Queremos ser parte del Reino Unido que hemos ayudado a construir o decidiremos ir solos?", fue la pregunta que dejó el aire el secretario de Estado de Cameron.

Críticas

El acuerdo de hoy fijará posiblemente un máximo oficial de un millón de libras (1,2 millones de euros) para las dos campañas. Westminster se guarda sin embargo dos importantes bazas económicas bajo la manga: la de "expulsar" a Escocia de la libra esterlina si vence la independencia y la de pasar factura por los subsidios de la última década y por el rescate de 70.000 millones de libras del Royal Bank of Scotland durante la debacle financiera.
Pese a las garantías que Cameron ha dado a los conservadores y a los liberal-demócratas en la coalición de Gobierno, las críticas ante la cita de hoy en Edimburgo no se han hecho esperar. "Cameron se ha lavado las manos como Poncio Pilatos y Salmond ha logrado todo lo que quería", declaró anteayer el ex secretario de Estado para Escocia Michael Forsyth. "Si eso se llama negociación, es una manera de estrechar el lenguaje. A mí me parece que ha sido más bien una renuncia".

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