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viernes, 21 de septiembre de 2012

La cita electoral catalana sorprende a la oposición con el pie cambiado

El inminente anuncio del adelanto electoral pilla con el pie cambiado a todos los partidos políticos catalanes, que no esperaban un final tan abrupto de la legislatura y, mucho menos, un escenario tan favorable para Artur Mas, que capitalizó el éxito de la multitudinaria manifestación independentista de la Diada.
El próximo día 25 se inicia el curso político en el Parlamento autónomo con el debate de política general, que finalizará dos días después echando el cierre a la legislatura, según todas las previsiones. Será otra nueva oportunidad para Mas de seguir enarbolando su discurso secesionista sin pensar en otra clave que no sea la electoral. Le favorece, además, la rigidez del guion de esos debates.
Para nadie, excepto para CiU, es favorable el adelanto electoral, aunque por motivos muy diversos. Unos por falta de liderazgo consolidado (PSC), otros porque se preparan para ser la oposición pura y dura tras ejercer de socio (PP) y otros (ERC) porque Mas les ha birlado el discurso secesionista que constituye su esencia política. Probablemente Iniciativa, ajena a flirtear con las alianzas políticas, y Ciutadans, que reforzará su discurso españolista en el nuevo escenario, sean las fuerzas que menos tienen que perder con la convocatoria electoral.

CONVERGÈNCIA I UNIÓ

Las elecciones están en manos del líder de Convergència i Unió (CiU), el presidente catalán, Artur Mas. Pese a que la federación está abocada a los comicios, Mas deberá ser consciente del riesgo y los peligros que se abren para su partido ante la opción electoral.
Los pros para CiU son varios: tras la respuesta de Mas a la masiva manifestación independentista de la Diada, la federación nacionalista puede capitalizar la reacción y robarle protagonismo soberanista a ERC. Y lo más importante: el principal partido de la oposición, el PSC, está enzarzado en un proceso interno que le resta muchas opciones de poder desgastar al Gobierno. Ello le confiere una ventaja inalcanzable para la oposición.
Así, Mas se perfila claro vencedor de los comicios, aunque estos también entrañan dificultades para el partido del Gobierno: el desgaste por los recortes se empieza a notar en los sondeos, aunque sin afectar a su condición de favorito. Y la principal dificultad de CiU es interna, en la confección del programa electoral. Ahí Mas deberá enfrentarse al líder de Unió, Josep Antoni Duran Lleida, confeso antiindependentista.
La federación deberá definirse: CDC no está dispuesta a abandonar su promesa de Estado propio. Si renuncia a ella, decepcionará a los soberanistas ganados con la manifestación; y si la acepta, se arriesga a perder su votante más moderado, que siempre le ha granjeado grandes réditos. Para CiU, es hora de abandonar las ambigüedades y definirse.

Pere Navarro (izquierda), en la Fiesta de la Rosa junto a Rubalcaba. / EFE

PARTIT DELS SOCIALISTES

Antes de cumplirse un año del congreso que renovó a dirección del PSC, los socialistas catalanes se preparan para afrontar unas elecciones en el peor escenario posible. Las tensiones internas, la falta de un liderazgo consolidado y la imposibilidad de construir un discurso alternativo a CiU sitúan al PSC en un marco electoral de desconcierto político y desenlace imprevisible, como si aún no hubiera tocado fondo. Parece fuera de toda duda que Pere Navarro, alcalde de Terrassa y primer secretario, será el candidato, ante la imposibilidad temporal de celebrar las elecciones primarias para elegir al presidenciable por la premura de la cita. Los socialistas no cuentan con el reglamento que ha de regir ese proceso.
El PSC pierde así una oportunidad de acercamiento a la sociedad, al intentar hacer partícipe a la ciudadanía en la elección de su candidato a la Generalitat y no solo a militantes y simpatizantes. Sin embargo, evita el riesgo del eventual fracaso que supondrían las primarias si la respuesta social fuera ínfima. Y ni que decir tiene, la crisis que se hubiera abierto en el partido si las primarias no las hubiera ganado Navarro.
Ante el órdago de Mas, el PSC apuesta por el federalismo, oferta que no parece generar un respaldo electoral amplio, tanto por su inconcreción como por lo poco creíble que resulta ante la respuesta del PSOE. La ambigüedad socialista, tendiendo la mano a CiU y a la vez reprochándole los recortes, y la falta de credibilidad de algunas de sus propuestas tras siete años gobernando en la Generalitat y ocho en España, tampoco ayudan en nada al PSC, que podría caer todavía más bajo y situarse por debajo de los 28 diputados actuales, el peor resultado de su historia.

La presidenta del PP catalán, Alícia Sánchez-Camacho / EFE

PARTIDO POPULAR

El Partido Popular ha sido el socio más fiel de CiU: de todas las leyes que ha aprobado el Gobierno catalán, solo una no ha contado con el voto favorable o la abstención de los populares catalanes. Sin embargo, Alicia Sánchez-Camacho culmina la legislatura como la antagonista del presidente catalán, Artur Mas, ante su deriva independentista.
El PP está preparado para las elecciones: el partido puso en marcha durante el verano su maquinaria electoral ante los rumores de un adelanto de las elecciones, y se presenta como el abanderado de la unidad de España. El partido cosechó sus mejores resultados en los comicios de 2010 y el protagonismo de Sánchez-Camacho durante la legislatura y el mantenimiento de las esencias españolistas le aseguran, cuando menos, mantenerse.


Oriol Junqueras, presidente de ERC. / CARLES RIBAS

ESQUERRA REPUBLICANA

Esquerra Republicana llega a las elecciones en un buen momento: tras un batacazo histórico, renovó el partido hace un año y el liderazgo de Oriol Junqueras parece afianzado. El partido se ha pasado la legislatura tendiendo la mano a Artur Mas para suavizar los recortes y exigiéndole mayor empuje soberanista. Enterrado el pacto fiscal, el riesgo para ERC es que Mas les ha hecho caso y ha abanderado la causa independentista.
El partido probablemente subirá al tener 10 diputados, menos de la mitad de los que tenía en 2009. Pero la pérdida de la exclusividad secesionista provocará que la subida sea menor que si las elecciones se celebrarán más tarde, con tiempo para desgastar al Gobierno de CiU.

INICIATIVA PER CATALUNYA


Joan Herrera, líder de Iniciativa per Catalunya. / JOAN SANCHEZ
Con el PSC perdido en sus batallas internas, y ERC y el PP batallando por ser socios del Gobierno de Artur Mas, Iniciativa per Catalunya se ha comportado en ocasiones como el único partido de la oposición. Ello beneficia al líder ecosocialista, Joan Herrera, cuyo partido puede capitalizar el voto contra los recortes de izquierda. ICV-EUiA también apoyó el pacto fiscal y en el debate independentista plantea una propuesta amplia: un referéndum en el que haya tres opciones, una independentista, otra federalista y otra autonomista.
ICV, con 10 diputados, cuenta con buenas expectativas para las elecciones. Y su principal caladero de votos será el PSC: el alejamiento de los socialistas más catalanistas beneficiará, en buena medida, a Herrera.

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